Poco antes del anuncio del confinamiento, el expresidente Mauricio Macri finalizaba una gira por Córdoba en la que puso en riesgo la salud de Juntos por el Cambio en Córdoba.

Macri elogió profusamente al gobernador Juan Schiaretti, con lo que –a sabiendas a o no– reiteró una jugada que desplegó Carlos Menem antes de la elección de 1995. Él iba por su reelección y en Córdoba, Ramón Mestre padre se enfrentaba al peronismo, que proponía al ex juez Guillermo Johnson. El entonces presidente vino a un acto realizado en la planta de Arcor de Arroyito y todos los candidatos de la fórmula cordobesa lo acompañaron.

En pleno discurso, Menem elogió de tal manera a Mestre que pareció que llamaba a votar por el radicalismo. Fue un baldazo de agua helada para el candidato peronista y todo el partido, que no se pusieron recuperar. Al poco tiempo, el radicalismo ganó con la fusta bajo el brazo.

Ahora Macri pareció imitar a esa acción de Menem en la previa de los comicios presidenciales y de gobernador de hace un cuarto de siglo.

El bombazo de Macri pegó fuerte en el radicalismo que intenta reacomodarse aunque sus dirigentes no encuentran demasiadas explicaciones a semejante desplante.

Con esto, lograr una lista de unidad para los comicios de medio término será casi una misión imposible para Juntos por el Cambio. De todos modos, ni Macri ni el resto de la dirigencia le temen a una Paso para dirimir fuerzas. Pero un sector está alerta porque entiende que la posibilidad de una interna no debe convertirse en una puerta abierta que posibilite el desbande de quienes pierdan en esa compulsa. No sería la primera vez que ocurre algo semejante.

Macri impulsa a Gustavo Santos para lo que sea: si se puede para encabezar la lista de senadores, sino para la de diputados y, obviamente, para gobernador en 2023. A eso, los radicales ni los juecistas lo digieren y van a hacer lo posible por evitar el dedazo, sobre todo en los comicios para sustituir a Schiaretti, quien tiene vedado por la Constitución cordobesa volver a candidatearse para dirigir la provincia.

Pero el ex presidente fue más allá del elogio al actual gobernador. También dejó muy mal parado a Mario Negri, quien y según la palabra de un miembro de su entorno, quedó “muy caliente” cuando opinó que el radical tiene más perfil legislativo que ejecutivo. Así intentó sacarlo de pista para 2023. Antes, en diálogo privado, le había dicho que no era conveniente que se presentara como candidato a senador en la elección de este año porque su labor en la Cámara de Diputados es muy importante.

Hay que recordar que Negri es el titular del interbloque de Juntos por el Cambio, con lo cual tiene la misión de dirigir la estrategia contra el oficialismo y “domar las fieras” de la bancada, en la que confluyen radicales, PRO, ARI y el Frente Cívico, entre otros.

Para los amigos de Negri, en el fondo Macri está trabajando para “darle una mano a Schiaretti y de ese modo conseguir que Hacemos por Córdoba salga segundo en estos comicios legislativos, relegando al tercer puesto al Frente de Todos”.

Si ese concepto surge de la intuición o de datos que disponen quienes trabajan en ese sector, sólo Negri lo sabe. Lo cierto es que no parece desatinado ni mucho menos.

Hoy Schiaretti y Alberto Fernández disputan una batalla política potente para posicionarse con miras a las Paso primero y a las generales después. Sin embargo, ninguno de los dos le cierra la puerta a un eventual acuerdo. Un dato a seguir en las próximas semanas.