Córdoba fue sede de la visita de un “Picaflor Garganta Blanca”, una especie única que logró ser fotografiada por quinta vez en la historia.

El ojo afortunado fue el del fotógrafo y ornitólogo aficionado, Guillermo Galliano, autor de los libros Aves de Córdoba y Aves en Familia y columnista en la FM 102.3.

Leucochloris albicollis, el nombre científico del ave, llegó una tarde de invierno al jardín de la casa de Unquillo de Galliano.

Aquí su relato:

A la tarde, mientras preparaba las temperas, acuarelas y pinceles para mis hijas que habían decidido pintar, un plan perfecto para una tarde de invierno, asombrado a los pocos minutos de terminar los preparativos, escuché un sonido que no me resultaba familiar; nunca lo había oído. Conozco muy bien los cantos de las aves que habitan en la zona y a éste sonido jamás lo había escuchado antes. Rápidamente, me levanté de la silla, me asomé por la ventana de la cocina y para mi sorpresa vi una especie que jamás había visto (hace más de 35 años que observo aves). Rápidamente, lo pude reconocer: era el PICAFLOR GARGANTA BLANCA, lo cuál me emocionó más aun, ya que sabía que era inusual observarlo en la provincia.

Era sumamente importante poder documentar con imágenes lo que estaba viendo. Rápido tomé mi cámara, que estaba lista por que había estado sacando fotos a otras especies más temprano. Pero cuando intenté hacer la primer foto del picaflor, la máquina no hacía foco y no disparaba. El ave se fue y no pude documentar la especie.

Me invadió una gran angustia por haber perdido esa gran oportunidad: el equipo me falló porque la batería estaba muy baja.

A pesar de eso, la reemplacé pero tenía muy pocas esperanzas que el ave volviera a mi jardín (que está conformado en su totalidad por especies nativas).

Pero para mi sorpresa, volvió y no era uno, si no dos ejemplares que se posaron en mi viejo espinillo y, luego de un rato de combate con un local (un macho de picaflor cometa) y de recorrer y posarse en varios árboles y plantas, la pareja de PICAFLOR GARGANTA BLANCA se marchó al caer el sol.

Cuando quedó atrás la adrenalina del momento, el apuro y la ansiedad por lograr una buena imagen de esta especie, pude comprobar que este registro -en la provincia de Córdoba- es el segundo para la especie.

Lo que fue una tarde de acuarelas, por un sonido diferente terminó siendo también un nuevo registro -para Córdoba- de esta especie.

He recorrido todas las provincias argentinas, sus parques y reservas y unos 35 países en busca de aves; pero estar en mi casa junto a mis dos hijas y haber podido hacer lo que me ha apasionado toda mi vida -que es sacar fotos de aves y que encima sea un pequeño aporte para la Ornitología argentina- me hace sentir un privilegiado.