Los peritos aún no pudieron determinar todavía a qué víctima corresponde cada cadáver ya que los cuerpos de las turistas israelíes Pyrhia Sarusi (63) y Lily Pereg (54), asesinadas en Mendoza, están tan deformados que es muy difícil identificarlas.

El primer informe de las necropsias a los cuerpos de Pyrhia Saroussy y Lily Pereg arrojó resultados estremecedores por la brutalidad del doble crimen que tiene como único imputado y detenido a Nicolás Gil Pereg, hijo de la mayor de las mujeres.

"Al momento no se ha podido determinar cuál cuerpo pertenece a la mujer Lily y cuál a Pyrhia. Para poder determinar esto se están realizando los estudios correspondientes de ADN cuyos resultados se están esperando", asegura un comunicado del Ministerio Público Fiscal.

Sí se comprobó que una de las mujeres fue asesinada de tres balazos y la otra no recibió ningún disparo. Según indica el informe oficial, todavía no se logró establecer la causa exacta de la muerte de la otra víctima, cuyo cuerpo presenta golpes y lesiones de arrastre y causadas por maniobras de defensa.

El doble crimen que conmueve a Mendoza y tuvo repercusión mundial por la nacionalidad de las víctimas y del acusado tuvo más detalles espeluznantes.

Por ejemplo, se comprobó que después de muertas "a ambas mujeres se les ha incrustado hierros en distintas partes del cuerpo, con heridas de egreso en algunos casos".

Las hermanas llegaron a Mendoza el viernes 11 de enero y desde el día siguiente nada más se supo de ellas.

La investigación siempre tuvo en la mira a Gil Pereg, el hombre de 36 años que vivía en un predio ubicado en Guaymallén, en condiciones de indigencia.

La propiedad fue allanada en varias oportunidades, donde los pesquisas lograron comprobar que el ex soldado del Ejército israelí e ingeniero no tenía muebles ni servicios básicos. En cambio, sí tenía varias armas registradas y el equivalente a 3 millones de pesos, en dólares y euros.

El sábado 12 de enero las mujeres llegaron a ese domicilio junto a Gil Pereg. Distintas cámaras de seguridad confirmaron ese hecho, pero ninguna registró su salida de la propiedad.

El viernes 18, en otro operativo, agentes descubrieron manchas de sangre en una bolsa de cemento y en una remera del imputado. Los estudios de ADN comprobaron que pertenecían a las víctimas. Una semana después, el hombre fue arrestado.

La fiscal de homicidios, Claudia Ríos, lo imputó por "homicidio agravado por el vínculo en concurso real" (en el caso de su madre) y "homicidio simple" (por su tía). Gil Pereg fue enviado a la cárcel de la calle Boulogne Sur Mer en la capital provincial y arriesga una pena de prisión perpetua.

Fuente: Clarín