El presidente Alberto Fernández dijo este jueves que con el proyecto enviado al Congreso sobre legalización del aborto no se está haciendo obligatoria esa práctica "sino garantizando la vida de la mujer que enfrenta un embarazo".

Además, se manifestó confiado en que en esta oportunidad la iniciativa será sancionada por el Congreso: "Creo que estamos en condiciones de que esta vez el aborto se convierta en ley", dijo el mandatario en declaraciones a radio Futurock, en las que agregó: "Esta vez no habrá un presidente llamando a un gobernador para que sus senadores voten en contra".

"Creo que la diferencia con otros tiempos es que, más allá de la enorme lucha del movimiento feminista, me siento el abanderado de este reclamo. Y que el Presidente reclame el tratamiento y aprobación y que diga que es necesario, me parece que genera un escenario un poco distinto", aseguró.

Luego de que el pasado martes Fernández anunciara que se enviaría al Congreso el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) junto al proyecto de los mil días, el mandatario adujo que lo hizo para "terminar con la hipocresía" y que esperó a que "afloje un poco la tensión sanitaria" para enviar el proyecto. "Ya no tenía sentido demorarlo", apuntó.

"Acá la discusión no es aborto si o no, porque siguen ocurriendo. Lo que estamos discutiendo es si los abortos se tienen que realizar en condiciones o se pueden hacer en condiciones sanitarias que las mujeres merecen", agregó.

Asimismo, dijo que mantiene una preocupación activa para que salga la ley y se diferenció de la gestión macrista afirmando: "Lo que no va a haber es un presidente llamando a un gobernador para que un senador vote en contra". Por otro lado, pidió que los legisladores "debatan lo que haga falta".

Frente al rechazo de la Iglesia al proyecto, el Presidente explicó que no hace obligatorio el aborto sino que pretende "garantizar la vida de una mujer que enfrenta un embarazo" y que "la mujer que quiera seguir adelante con el embarazo bienvenida sea y la mujer que decida interrumpirlo, que no tenga que hacerlo en condición de clandestinidad”, subrayó.

Además, sostuvo que no es una cuestión religiosa sino que apunta a la libertad individual.  "Yo soy católico pero tengo que resolver un tema de salud pública", consideró.