En Córdoba todo es hermetismo. Poco se sabe de sus hombres y mujeres públicas. Cuáles son sus orígenes, dónde militaron en su juventud, qué causas los movilizaron. Qué piensan hoy sobre algunos temas que parecieran ser tabú. 

El caso de Alejandra Vigo y sus cuatro hermanas es un fiel ejemplo. ¿Qué espacio político la cobijó en su juventud? ¿Desde cuándo el peronismo cordobés es su lugar? ¿Qué hubo antes de Juan Schiaretti y Hacemos por Córdoba?

Las Vigo son cinco hermanas sanjuaninas. Y todas, todas, se aferraron a la militancia política apenas iniciada la juventud. Pero lejos de formar parte de las estructuras tradicionales del partido justicialista, las cinco hermanas Vigo fueron integrantes, en sus inicios, del Frente de Izquierda Popular, el FIP.

El Frente de Izquierda Popular fue el partido político fundado por Jorge Abelardo Ramos, el Colorado, uno de los cuadros más lúcidos de la teoría política argentina. Autor de varios ensayos históricos, “Revolución y contrarrevolución en Argentina” e “Historia de la Nación latinoamericana”, son algunos de sus libros ya clásicos para comprender el devenir de la América del Sur.

Jorge Abelardo Ramos, historiador, publicista, editor y escritor.

El Colorado Ramos, iniciado originalmente en el trotskismo, con el tiempo se convirtió en el referente máximo de lo que se conoce como izquierda nacional. Desde las ideas materialistas y con una clara perspectiva marxista analizó y adscribió al peronismo. Después de fundar varios sellos electorales, su última gran obra fue el FIP: Frente de Izquierda Popular, el espacio donde comenzaron a militar las hermanas Vigo y partido por el que Ramos fue candidato a presidente en 1973 enfrentando a Héctor J. Cámpora. En esas elecciones Alejandra tenía apenas 16. De haber podido votar, no lo hubiera hecho por el peronismo. 

Adriana Vigo, una de las hermanas de Alejandra, fue más bien una simpatizante. En cambio, las restantes, Lilian, Élida, Eleonora y nuestra cercana Alejandra fueron fervorosas militantes de aquella izquierda nacional conducida por Ramos. “Militantes totalmente comprometidas”, insisten aquellos que compartieron la aventura juvenil.

En las elecciones para elegir constituyentes en Córdoba, realizada en 1986, la mayor de las Vigo, Lilian, fue candidata por la lista del Frente de Izquierda Popular. Fue la primera de las hermanas que apareció en una boleta. Allí las hermanas Vigo se enfrentaron a la lista del Partido Justicialista e incluso a José Manuel de la Sota, candidato por la Democracia Cristiana.

Ya por entonces, el Sindicato de Amas de Casa era la plataforma territorial desde donde las hermanas hacían pie en la política sindical.  

Junto a sus hermanas, comenzó a militar en la izquierda Nacional.

Pocos después de aquellos comicios del 86, el FIP, que llevaba el lastre de la palabra izquierda en tiempos en los que era mejor llamarse de otro modo, cambió su nombre: MPL: Movimiento Patriótico de Liberación, con el liderazgo del viejo trotskista Jorge Abelardo Ramos. Allí seguirán firmes las hermanas Vigo hasta que algo, como un huracán, cambió para siempre las estructuras de la política argentina. 

Carlos Saúl, a partir de 1989 y como jefe indiscutible del PJ, modificó radicalmente el fenómeno popular del peronismo y Jorge Abelardo Ramos, el intelectual de izquierda, decidió que el espacio que él conducía e integraban las hermanas Vigo debía incorporarse al menemismo.

No fue sólo un cambio de partido. La transformación supuso un acto protocolar con toda la pompa y el festejo. El 17 de octubre de 1994, en el acto oficial por el día de la lealtad peronista y en la casa Rosada, el MPL de Ramos y las Vigo pasó oficialmente a integrar la estructura del PJ. Con las militantes del sindicato de Amas de Casa en la Calle, Élida Vigo, una de las hermanas de Alejandra, fue la encargada del discurso de unión. 

La historia que sigue es más conocida. Élida y Eleonora mantuvieron la militancia e hicieron su vida política en Misiones. Eleonora fue concejal y Elida llegó a ser senadora nacional en tiempos de Néstor y Cristina Kirchner. Sus votos fueron siempre para el oficialismo. Incluso, durante el debate parlamentario por la resolución 125, Élida votó a favor. En cambio, Alejandra, su hermana y compañera de andanzas en la vieja izquierda nacional, se puso en la vereda de enfrente. Aquella vieja militancia en la izquierda del colorado Ramos había quedado en el pasado.    

Nota aclaratoria: este breve informe podría haber sido mucho más extenso. Pero en la Córdoba del silencio, nadie habla de lo que fuimos.

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La historia de Alejandra Vigo by cba24n.com.ar