Este miércoles, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer detalles respecto al seguimiento de precios de la Canasta Básica durante 2018.

Los números finales, en un contexto del 47,6 de inflación (el mayor registro desde 1991), dejaron datos por encima de estos registros.

Particularmente, en el caso de la canasta básica alimentaria, que mide la línea de indigencia familiar, terminó el año en $ 10.197, subiendo tres mil quinientos pesos (53,5%) en el período.

Para no ser considerada pobre, en estas mediciones, una familia compuesta por dos adultos y dos menores necesitó $ 25.493, un 53% más que hace un año atrás.

El rubro alimentos y bebidas marcó tendencia, con un 51,2 por ciento. Que un kilo de harina cuesta 172% más caro que hace un año o el arroz de referencia haya pasado de $ 22 a $ 38, marcaron el camino de subas.

El sachet de leche (47%) y el litro de aceite de girasol (78%) también subieron de manera considerable.