El contexto lo marca el Consejo de Ministros de Interior de la Unión Europea, que se reúne este viernes en Luxemburgo para analizar las implicaciones para la seguridad que tendrá el inminente despliegue de la quinta generación de telefonía móvil (la llamada 5G).

Alineando el camino llevado adelante por Estados Unidos, en el Viejo Continente buscan una protección al mentado "ciberterrorismo", que podría desarrollar nada menos que la empresa china Huawei.

Rusia y China impulsan, mientras tanto, su relación bilateral a niveles sin precedentes.

Pocos líderes están tan cómodos el uno con el otro como el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo Xi Jinping. Aliados por conveniencia nacional, amigos por afinidad personal, se han reunido 30 veces en seis años.

Este miércoles, en una nueva cumbre en Moscú firmaron una serie acuerdos comerciales y una declaración conjunta en la que visibilizaron su posición común en temas globales clave. Con ello dieron “un nuevo impulso” a un vínculo bilateral que Putin describió situada en un nivel “sin precedentes”.

La relación bilateral ha cobrado más importancia que nunca para ambos, con Rusia aislada de Occidente y en plena guerra comercial entre Washington y Pekín. Ambos líderes se han saludado con calurosas sonrisas y un apretón de manos. El presidente chino inició su viaje a Rusia en Moscú, pero será invitado de honor en el Foro Económico de San Petersburgo estos días, el evento empresarial más importante del país. “Estoy convencido de que esta visita nos reportará nuevos éxitos impresionantes”, aseguró Xi. “Paso a paso hemos sabido llevar nuestras relaciones al más alto nivel de su historia. No hay límites para el perfeccionamiento de nuestras relaciones. Serán sólo mejores y mejores”, añadió.

Putin y Xi pusieron este miércoles sobre el tapete una serie de acuerdos en materia de energía, defensa, aviación, agricultura, tecnología y comercio electrónico. Uno de ellos, entre Huawei y compañías de telecomunicaciones rusas para el desarrollo de una red 5G en Rusia. Otro, entre Alibaba, la mayor empresa de comercio online de China, con empresas rusas. Alianzas para “contrarrestar las restricciones infundadas al acceso a los mercados de productos de tecnologías de la información, con la excusa de garantizar la seguridad nacional”, dijeron ambos líderes en una declaración conjunta, en clara referencia a EE UU. Además, impulsados por el riesgo de nuevas sanciones sobre Rusia, acordaron desarrollar un sistema para utilizar rublos y yuanes en su comercio bilateral y reducir todo lo posible el uso del dólar.

Los dos ex rivales comunistas de la Guerra Fría mostraron este miércoles de nuevo que su acercamiento no es una cosa puntual con fecha de caducidad, como habían previsto hace años muchos analistas, sino un movimiento geoestratégico de alto alcance y largo aliento. Su cita en Moscú se produjo mientras los principales líderes occidentales conmemoraban el 75 aniversario del desembarco del Día D de la Segunda Guerra Mundial. Una cita a la que Putin —que sí asistió al 70 aniversario—, no fue invitado. Rusia (la URSS) no participó en el Día D, pero el empuje soviético en el frente oriental fue crucial para derrotar a los nazis.

En Europa, un informe elaborado para la reunión por el Coordinador europeo de la lucha Antiterrorista, Gilles de Kerchove, dice que cuando se asocia al desarrollo de la inteligencia artificial, la situación es alarmante y preocupante.

Las nuevas redes, cuyo despliegue puede quedar en manos de la compañía china Huawei, podrían facilitar la aparición de un terrorismo de nuevo cuño y, previsiblemente, mucho más letal señala este informe. De Kerchove propone la creación de un ciberlaboratorio liderado por Europol, la agencia de seguridad de la UE, y especializado en analizar y combatir las nuevas amenazas.

El texto puntualiza que el cambio tecnológico en ciernes puede provocar "un cambio hacia la privatización de la seguridad o hacia la emergencia de nuevas formas de terrorismo". Y subraya que "la vulnerabilidad de los ciudadanos, las economías y los gobiernos aumenta proporcionalmente a su conectividad e interdependencia y podría dispararse con la llegada del 5G y los aparatos interconectados".

La señal de alarma llega en plena disputa entre Europa y EE UU sobre la posibilidad de que la compañía china Huawei, líder en 5G, lidere el despliegue de las infraestructuras de la nueva tecnología. Washington, que ha vetado a Huawei por su relación con el Gobierno chino, exige a los países de la UE que impidan a la compañía china el acceso y control de sus redes.

La Administración Trump asegura que el 5G podría dar a Pekín una poderosa arma de dominación sobre la economía y la sociedad del Viejo Continente. Países como Alemania o Reino Unido han desdeñado las advertencias de Trump y se niegan a cortar relaciones con Huawei por temor a que el despliegue de las nuevas redes se retrase dos o tres años.