Pasó el segundo debate presidencial del 2019 y ahora queda esperar a los comicios del próximo domingo. En la Universidad de Buenos Aires, frente a un auditorio que respetó el silencio, los candidatos presentaron sus propuestas y criticaron a sus contrincantes en poco más de dos horas.

La intervención de los periodistas volvió a ser meramente presentadora, marcando los tiempos y explicando a la audiencia el funcionamiento del debate.

El presidente Mauricio Macri se colocó en una posición ofensiva, con énfasis en la confrontación con el candidato Fernández. Conocedor de que era la última posibilidad de mostrar confianza y ganarse al electorado indeciso, hizo incapié en criticar la gestión kirchnerista y a la corrupción.

Pese a que aceptó algunos errores de su gobierno, siempre afirmó que "lo que se viene será mejor", y propuso más empleo, más seguridad y la necesidad de "cambiar la historia del país de una vez por todas".

Alberto Fernández, por su parte, estuvo más moderado en esta ocasión. Quizás para contener esa actitud "aleccionadora" que le fue criticada durante toda la semana, el candidato del Frente de Todos no confrontó demasiado con Macri.

Su momento más álgido fue cuando mencionó al "clan Macri" y le cuestionó al presidente sobre la corrupción en la obra pública. Por lo demás, estuvo más calmado y sus propuestas sonaron como algo a cumplir más que para convencer al electorado.

Nicolás del Caño mostró una mejor faceta que en el primer debate. Más confiado, más preciso y contundente en las propuestas, tuvo un mejor manejo de los tiempos. Fue crítico con Macri tanto como con Fernández y los gobernadores del Frente de Todos.

José Luis Espert no destacó en su participación pero volvió a dejar en claro que sabe del manejo del escenario. Con comentarios pícaros y algunas ironías, el candidato del Frente Despertar alternó entre propuestas neoliberales y el ninguneo de sus contrincantes.

Sus propuestas volvieron a referirse a la eliminación de los sindicatos, de las indemnizaciones y apuntó a la importancia de los jóvenes. Además, propuso bajar la edad de imputabilidad.

Roberto Lavagna se volvió a mostrar incómodo en esta situación de debate que ya había advertido "que no sirve para sacar adelante al país". En el segmento de Seguridad fue el único que hizo alusión a los crímenes de género y advirtió la necesidad de prestar más atención en ese aspecto.

Por otra parte, al momento del cierre, propuso "tres puntos de acuerdo" para con los otros partidos políticos. Pidió por el diálogo constante, porque el ganador no "se adueñe del poder" y que la generación de empleo sea una política común a todos.

José Luis Gómez Centurión tuvo un mejor manejo de los tiempos (incluso hizo referencia a ello) y propuso medidas nacionalistas. Criticó, como Macri, el narcotráfico, y aseguró que representará "a un espacio que hasta ahora no ha tenido voz en la política.