El presidente Alberto Fernández firmó el viernes por la noche el decreto de intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), por un plazo de 180 días, y designó en el cargo e inmediatamente puso en funciones a la Fiscal Nacional Cristina Caamaño, quien estuvo al frente de la Oficina de Observaciones Judiciales encargada de las escuchas.

El presidente recibió a Caamaño en su despacho de la Casa de Gobierno, en un
encuentro del que participó además el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.

En declaraciones a los periodistas acreditados en la Casa Rosada Cafiero afirmó que "se volverán atrás reformas que se habían dispuesto durante la administración Macri, como por ejemplo aspectos relacionados con los fondos reservados, que ahora serán transparentados".

También se convocará al personal de la Agencia "para conocer las tareas que cumple cada uno,
tanto agentes orgánicos como inorgánicos y si no tiene labores denidas, se evaluará si se le
asignarán otras funciones, o si sigue. Se hará un estudio sin prejuicios", expresó el Jefe de
Gabinete.

En el plazo de 180 días, la interventora tendrá la misión de normalizar y definir un plan
estratégico para la actuación de la dependencia, apuntó el jefe de Gabinete, quien señaló que "no se piensa en la disolución" de la AFI.

Comentó que "no se conoce cuál es la situación administrativa de la Agencia, ni cuánto personal
se desempeña allí" y comentó el caso de la Escuela de Inteligencia, que fue reformada en la
administración anterior, "y no sabemos cuántos agentes están haciendo cursos, cuántos siguen
y cuál es su estado".

"Queremos tener una Agencia transparente" indicó Cafiero, quien puso como ejemplo el caso
del falso abogado Marcelo D'Alessio, que "es una muestra de cómo se operaba para armar
causas y realizar persecusiones".