Una insostenible situación se vive en la provincia. Sin clases hace más de dos meses y con una tragedia, la clase política parece no colaborar.

En la provincia de Chubut, la problemática con trabajadores estatales parece no detenerse, y acumula hechos que aumentan el clima de tensión.

Se acumulan casi tres meses de paro docente debido a que el Gobierno no puede afrontar los pagos, y con empleados públicos también cobrando de manera diferida.

Pero en las últimas horas, el fallecimiento de dos maestras que habían participado de una movilización en un accidente automovilístico, generó la crispación y que manifestantes prenden fuego un sector de la Legislatura provincial.

El lugar escogido no es menor, ya que en las últimas horas, un pedido del gobernador Mariano Arcioni, de actualización salarial de la planta política, elevó aún más la temperatura.

Responsable de un problema sin resolver, el mandatario no pareció escoger un buen momento para recordar que su escala salarial y la de sus funcionarios está congelada desde abril de 2017.

En el proyecto de ley enviado, pidió un incremento del 100% para sus haberes (según registros oficiales, el último mes cobró $ 55.500), y hacia abajo: vicegobernador 80%, ministros y secretarios un 75 por ciento, viceministros un 65, Jefe de la Policía y asesor general del Gobierno un 55%, el secretario privado de Arcioni un 48 por ciento, el director general de la Casa de Chubut un 40, y el secretario del gobernador un 30%.

Lanzan paro nacional

Desde la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) dieron a conocer hace tiempo su postura, apuntando a la necesidad de una solución que venga “de la política”.

Ahora lanzaron un paro por 24 horas, a cumplirse mañana.

Este miércoles, la titular del gremio, Sonia Alesso, brindó una conferencia de prensa junto a otros directivos, donde remarcó que “la situación en Chubut es grave”.

Y agregó: “Piensen en una maestra con cuatro hijos y que hace tres meses no cobra su salario, con las complicaciones que llegan a su obra social”.

Allí dieron a conocer que “los maestros que cobran menos de $ 30.000 cobraron de manera diferida”, y quienes perciben salarios superiores “directamente no cobraron nada”.