El presidente Alberto Fernández se reunió en la residencia de Olivos con la designada ministra de Economía, Silvina Batakis, quien asumirá a las 17 el cargo en reemplazo del renunciante Martín Guzmán. 

Fuentes oficiales indicaron a Télam que Batakis, quien hasta el momento se desempeñaba como secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, mantuvo un desayuno de trabajo en Olivos con el mandatario y con el canciller Santiago Cafiero.

En tanto, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, destacó que "es unánime" en el seno de la coalición oficialista la aceptación de Batakis para asumir el cargo en reemplazo de Guzmán, quien renunció el sábado último, y sostuvo que se trata de una "economista de excelencia y de una gran experiencia".

Por su parte, el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, señaló que la designación le fue comunicada a la funcionaria por el "propio Presidente" durante la tarde del domingo

A corto plazo, la ministra deberá lidiar con algunas temas pendientes por su predecesor.

Desafíos 

En primer lugar, Batakis deberá reprogramar su agenda para viajar a la capital francesa en momentos en que los vencimientos de la deuda con los Estados europeos se aproximan y se requiere de una nueva negociación para reprogramar los pagos.

Guzmán tenía programado viajar este lunes a Francia para reunirse con el Club de Paris para modificar las metas para el segundo trimestre y renegociar nuevas condiciones de tasas de interés y plazos por una deuda de US$ 2.400 millones.

Por otro lado, la ministra deberá controlar el proceso inflacionario y manejar con cuidado la actualización tarifaria a partir del recorte de los subsidios al consumo de luz y gas.

A Batakis también le espera la revisión de las metas cuantitativas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) dentro del actual programa de Facilidades Ampliadas, que le permita al país acceder a otro tramo de financiación con fondos frescos y para reforzar el sistema de reservas.

Las negociaciones con el FMI comenzarán antes de fin de mes, aunque el organismo le dio al Gobierno argentino un margen de maniobra más amplio para que el cumplimiento de las metas fiscales pueda administrarse a lo largo del año siempre que a fin de 2022 el déficit sea del 2,5% del PBI.