La decisión oficial de, por un lado, prohibir la exportación, y por el otro, concentrar la compra de toda la producción de respiradores artificiales del país, no dejó de acumular críticas. En ese sentido fueron notificadas las empresas Tecme y Leistung.

A propósito de esta determinación se refirió el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, en diálogo con diputados vía teleconferencia.

“A las empresas le prometimos que lo que necesitaran de capital de trabajo y capacidad productiva, lo iban a recibir del Estado. Hoy aumentaron más del 15% sus posibilidades, y producen 120 respiradores por semana. Para mayo, estiman que serán 250. Renovamos un compromiso de la ciencia, la técnica y la producción”, remarcó.

A la hora de los argumentos, el funcionario dijo que había visto con preocupación una escasa producción hace un mes atrás, cuando realizó las consultas y con un avance que se veía caer, pese a no contar aún con casos confirmados.

“Si el proveedor hubiera terminado de entregar los pedidos que tenía, nos hubiera demorado. Estaba entregando respiradores al que primero le pidió, sea hospital o Estado”, indicó.

Pero mostró fastidio al destacar que “también había compras privadas”, de parte de “gente con dinero que los adquiría para instalarse, por las dudas, una terapia intensiva en la casa, viendo lo que pasaba por televisión”.

Entonces, “sino había una equidad distributiva en un recurso escaso, iban a quedar para el que llegaba primero o el tenía más plata”, adujo.

Y concluyó: “Por eso decidimos prohibir la exportación y concentrar las compras. Así vamos a llegar a abastecernos de manera propia y soberana, y ya empezamos a repartir, mediante un indicador que lo marcan los recursos de cada distrito, los habitantes con vulnerabilidad y el grado de evolución de la pandemia”.