A casi un mes del Golpe de Estado en Bolivia que llevó a la dimisión de su presidente, Evo Morales, las protestas, la represión, las muertes y la reiterada violación a los derechos humanos continúan siendo moneda corriente.

Ismael Jalil, abogado de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) e integrante de la comisión que viajó desde Argentina a Bolivia para analizar la situación tras el Golpe de Estado dialogó en Nada del Otro Mundo, por FM 102.3.

En ese viaje “vimos el dolor, el racismo, lo supremacista del Golpe. Vimos el fascismo”, comentó.

Así, relató: “Nosotros fuimos con la intención de transformarnos nosotros en la voz de que aquellos que hoy en Bolivia no la tienen, que han sufrido las degradaciones, las denigraciones mas atroces. Ahí vimos, probablemente una de las experiencias más difíciles de digerir con los años: Nos va a quedar grabado para siempre”.

La delegación estuvo en El Alto, Santa Cruz de la Sierra y en La Paz. Por cuestiones de seguridad, dijo, no pudieron trasladarse a Cochabamba.

“La situación era muy diferente en El Alto, donde están los sectores que más sufren. En los lugares donde residen los sectores medios, ganados por la cultura del que somete, termina siendo una polea de transmisión de ese odio de clases”, manifestó.

En una dolorosa descripción, Jalil expresó: “Todavía no salgo de la conmoción que significa escuchar de la propia voz de los protagonistas y víctimas que sus hijos estén detenidos por terrorismo, sedición, o que un hijo sea baleado en la cabeza desde un helicóptero y que durante su funeral fueron reprimidos con gases”.

En este marco, el abogado no cree que se pueda llevar a cabo una elección presidencial en Bolivia. “Que el proceso electoral lo maneje el mismo gobierno que salió a disciplinar de la forma que lo hizo ¿Qué confiabilidad puede transmitir? Es un proceso que está totalmente viciado”, dijo.

Y concluyó: “Es de manual las características que los Golpes se están dando y no tenemos que pensar que estamos exentos”.