A menos de 48 horas de la realización de las elecciones generales en que se definirán autoridades nacionales un cúmulo de dudas y sospechas siguen entornando el proceso de escrutinio provisorio. Más precisamente sobre el desempeño que tendrán las herramientas informáticas que desplegará Smartmatic, la empresa venezolana a la que el gobierno nacional confió aquel proceso y cuyo desempeño en las PASO ya presentó varias falencias.

Como en aquel agosto, la firma tampoco ha cumplido los plazos para entregar el código fuente para que los partidos de la oposición puedan auditar el software que se empleará. Se trata de otra clara infracción a la Ley Electoral nacional, tal como han denunciado distintas voces.

Una de ellas es la de Javier Smaldone, quien en los últimos años ha sido una referencia en materia de análisis de la implementación de tecnología en los procesos electorales.

Desde Buenos Aires, el informático aseguró que, tres meses después de las Primarias, Smartmatic sigue vulnerando el marco normativo pues aún no ha permitido el obligatorio proceso de auditoría. Tal situación ha derivado en una denuncia penal, rápidamente desestimada por el juez Bonadío, y reclamos formales por parte de los apoderados.

"Hay algo que no es opinable y es lo que dice la ley. El Código Electoral dice que los partidos políticos, con 30 días de anticipación, tienen que tener disponible el código fuente y la documentación de todas las herramientas de software que intervengan en el proceso electoral. Eso incluye el escrutinio provisorio. Esto fue refrendado por varias acordadas de la Cámara Electoral que es la máxima autoridad de la Justicia. Eso no se viene cumpliendo", dijo en diálogo con FM102.3.

"Finalmente ayer, a cuatro días de las elecciones, se convocó a los fiscales partidarios y se les intentó mostrar el software en una pantalla. Estamos hablando de 70 mil líneas de código. Es como que yo te quiera mostrar en unos minutos la Biblia entera para que vos verifiques que está correcta, que no le falta una coma. Obviamente, los fiscales del partido opositor con más chances se levantaron y se fueron para no convalidar eso", prosiguió.

"Llegamos a las elecciones generales, al escrutinio de las elecciones generales, exactamente en la misma situación en que ocurrió el escrutinio provisorio de las PASO", advirtió Smaldone.

No obstante, las fallas que pudieren ocurrir tendrían un impacto mucho más severo en una contienda presidencial.

"El problema es que si en estas elecciones se diera exactamente la misma situación que se dio con el sistema de escrutinio en las PASO, las consecuencias podrían ser bastante graves. En las PASO la diferencia final fue muy grande, pero aquí ya no estamos jugando con la diferencia entre el primero y el segundo solamente, sino con el umbral del 45 por ciento que puede determinar un nuevo presidente o no", explicó.

Lo ocurrido en los recientes comicios realizados en Bolivia, en los que fue reelecto Evo Morales por más de 10 puntos de diferencia, pero que fueron denunciados por la oposición por "irregularidades" en el recuento, aparecen en el horizonte.

"El primer ejemplo que pensamos muchos es lo que pasó en Bolivia: un escrutinio provisorio cuestionado, con números que están muy cercanos a un límite que define una elección, con un oficialismo diciendo una cosa y la oposición diciendo otra", señaló.

Dada la robustez del sistema electoral argentino, que cuenta con distintas etapas de control, las presuntas fallas no deberían afectar el resultado final. Sí podrían permitir que se instalen resultados parciales que no se condigan con el recuento final.

"Finalmente el resultado de la elección no está en riesgo, al menos no por esto. El escrutinio definitivo se hace computando las actas que son trasladadas físicamente, con custodia de las fuerzas de seguridad, a la Justicia. El problema es que entre las tapas de los diarios del lunes por la mañana y el fin del escrutinio definitivo pasan al menos 10 a 12 días. La pregunta es qué pasa en el medio", arriesgó Smaldone.

"Enrique Chaparro, especialista en seguridad informática y que sabe mucho de sistemas electorales, dice que el sistema electoral debe cumplir dos objetivos: el primero es determinar quién ganó, algo que está garantizado; el segundo es convencer que perdieron a los que perdieron. Si se echa alguna duda sobre eso la elección queda cuestionada. Si tenemos un período de 10 o 12 días de acusaciones cruzadas por fraudes o manipulación, el resultado quedaría deslegitimado", añadió.

El desarrollo de tal posibilidad fue ya presentado por el especialista en los días previos a las PASO de agosto, en hilo de su cuenta de Twitter.