Pasaron dos gestiones con Ramón Mestre a la cabeza, con el Palacio 6 de Julio como “su” lugar. Este martes llegó el tiempo de la despedida, cumplida con la entrega de mando a su sucesor, Martín Llaryora.

Después del acto, realizado bien temprano en el Teatro Real, ya como exintendente, también tuvo su despedida, de parte de la militancia radical.

En la mítica Casa Radical, una bandera rezaba “Gracias Ramón”.

Fueron ocho años. Públicamente, Mestre adujo que volverá a desempeñarse al estudio jurídico, para ejercer como abogado.

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