Las posturas que prevalecen en la Unión Cívica Radical (UCR), el día de su convención nacional, tienen como eje (para seguir o no) la alianza confirmada en Gualeguaychú en 2015, que derivó en Cambiemos.

Este lunes, en Parque Norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), hay una parte de las elecciones nacionales que buscará tomar luz, para encaminar el sendero del oficialismo, que conduce Mauricio Macri.

Por el momento, todo indica que el radicalismo continuará formando parte de la alianza oficialista. Aunque con matices, las principales voces rojiblancas advierten que sólo concurriendo unidos se podrá aspirar a retener el poder ante el fortalecimiento del peronismo, en dos vertientes, como oposición.

Tal sensación se fortalece considerando los resultados obtenidos en las elecciones provinciales de Córdoba. La magra cosecha obtenida por la lista que acudió con candidatos puramente radicales ha quitado fuerza a los intentos secesionistas.

Los actores locales parecen haber entendido que el bochornoso proceso previo, que impidió la constitución de Cambiemos Córdoba, licuó un caudal de votos que necesitarán indispensablemente en octubre.

Más compleja parece la definición del lugar que el centenario partido ocupará dentro de la coalición.

A mediados de semana trascendió un documento, en el que se plantea abiertamente la necesidad de sumar nuevos actores al entramado. “Se precisa construir una coalición superior a Cambiemos que se enfoque en la gobernabilidad, convocando a todos aquellos con espíritu republicano para elaborar políticas compartidas”, reza el texto.

La autoría del mismo es adjudicada a Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, quien en declaraciones a la prensa duplicó la apuesta: “Hay peronistas republicanos que no quieren volver para atrás. Si es un peronista republicano que cree que la riqueza se construye primero para después repartirla, como es el caso del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, por qué no invitarlo a sumarlo a un frente más amplio. O (Roberto) Lavagna que fue ministro de Economía de (Néstor) Kirchner y también fue secretario de Comercio Exterior de (Raúl) Alfonsín”, remarcó.

Tales expresiones llegaron horas después que fuentes con acceso a la Casa Rosada deslizaran que ya se analiza una fórmula puramente PRO, con Mauricio Macri como candidato a presidente y María Eugenia Vidal como vicepresidenta.

La reelección de Macri es sostenida también por dirigentes radicales de peso, como el gobernador de Corrientes Gustavo Valdés, el diputado tucumano José Cano y el senador riojano Julio Martínez, quienes sostienen que el actual presidente debe contar con un apoyo férreo. Para ellos no es siquiera conveniente una cita a primarias abiertas.

Precisamente la realización de PASO, a la que el radicalismo acuda con candidatos propios, es lo que impulsa un vasto sector de la UCR que tiene a Ricardo Alfonsín como referencia y a Martín Lousteau como potencial postulante. Para estas voces, el radicalismo debe ser un actor de peso en una coalición de gobierno. Por ende, debe tener participación en la definición de políticas y cargos.

De cualquier manera, el ex ministro de Economía también señala la necesidad de añadir encarnadura a la alianza, con Roberto Lavagna como principal objetivo.

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