Este miércoles, la empresa Boeing presentó ante unos 200 pilotos y la autoridad reguladora de la aviación en USA (la FAA por su sigla inglesa) una modificación sustancial al sistema automático de vuelo que se introdujo junto con el modelo 737 MAX.

Los vuelos de esta aeronave están suspendidos en todo el mundo tras el accidente del 10 de marzo de un avión de Ethiopian Airlines, segundo accidente del mismo modelo en cinco meses. En el último octubre una aeronave de Lion Air también se había estrellado sin motivos aparentes.

Aunque el proceso de investigación oficial aún no ha concluido, existe una fuerte sospecha de que la responsabilidad última en los accidentes es de un sistema de vuelto automático introducido por la empresa para el nuevo modelo, el MCAS por sus siglas en inglés.

El sistema se diseñó para que el piloto no notara el cambio al pasar de los mandos de los modelos anteriores de Boeing al B737 MAX, que tiene el punto de gravedad diferente por sus motores más grandes y situados en otro punto en las alas.

Hace pocos días, se supo que los aviones siniestrados carecían de un dispositivo de seguridad que Boeing vendió como opcional y que comenzaría a incluirse como estándar.

La presentación incluyó el uso de un simulador de vuelo para mostrar las diferencias entre el nuevo modelo y el anterior, las diferentes situaciones que pueden producirse durante el vuelo y los nuevos requisitos para el entrenamiento de los pilotos. La empresa asegura haber comprendido el problema y asume los cambios antes de que concluya la investigación oficial. Toda una confesión de responsabilidad por parte de la empresa.

Habrá que ver las consecuencias legales que deparará este proceso pero también las consecuencias políticas. A raíz de los accidentes está seriamente cuestionado el proceso de certificación y la relaciones de la compañía con la FAA. Lo que se considera fundamental es saber cómo se desarrollan los procesos de certificación y que rol cumplen las compañías en él.

Lo cierto es que esto recién comienza. La presentación de Boeing se hizo horas antes de que el Senado de Estados Unidos celebrara una audiencia para examinar toda la situación y el resto del mundo observa este proceso por que antes de que el B737 MAX vuelva a la aviación comercial las autoridades de cada país deberán validar la seguridad del mismo.