El ministro de Desarrollo Social dijo que sus objetivos de gestión serán terminar con el hambre, frenar la caída de pobreza y lograr movilidad social ascendente; el rol de los movimientos sociales, de los empresarios y los planes para el largo plazo

En una nota publicada por el portal Infobae, Daniel Arroyo dijo que “La situación social está agarrada con alfileres y por eso no hay margen para escatimar ayuda en el país”, dijo el ministro de Desarrollo Social, quien está convencido de que “las crisis sacan lo mejor de la Argentina”.

Arroyo se trazó dos objetivos bien definidos para su gestión inmediata: reducir la pobreza y construir movilidad social ascendente y habló sobre los planes que acordó con el presidente Alberto Fernández para terminar con el hambre en el país, la ayuda social que se destinará a proyectos productivos y a generar trabajo genuino. Hacia el futuro, el ministro de Desarrollo Social se prepara para una segunda etapa de su programa que es salir de la emergencia y apuntar a un plan al estilo “Bolsa Familia” que funciona en Brasil donde se articulan todas las políticas sociales en las necesidades de una familia.

También Arroyo cree que para desplegar todos estos programas será crucial la tarea de los movimientos sociales y alentó a establecer “programas sociales que trasciendan el gobierno de Alberto Fernández”. El ministro de Desarrollo Social tampoco ahorró críticas al gobierno de Mauricio Macri y se mostró altamente optimista al sostener que "hoy hay condiciones para frenar una caída mayor”.

Sobre su objetivo de máxima fijado con el Presidente para el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministro declaró que “Tengo tres objetivos centrales para la política social de este gobierno. Uno es atender el tema del hambre. Que todos coman y que coman bien. Hay un problema de chicos que comen salteado y también que se alimentan mal, un problema de malnutrición generalizado. El segundo objetivo es desendeudar a las familias y el tercero es vincular planes sociales con trabajo. Esos son los primeros objetivos que nos trazamos. Con respecto al hambre, ya arrancamos con la tarjeta alimentaria destinada a compra de alimentos de la canasta básica para las mujeres con hijos en situación vulnerable, las embarazadas y las personas con discapacidad en situación vulnerable. Ya arrancamos en Concordia y vamos a llegar a dos millones de chicos y un millón y medio de beneficiarios. Eso resuelve en parte el problema del hambre y encara el problema nutricional. En Concordia el 30% del consumo que hubo por estas tarjetas fue leche, carne, frutas y verduras. Hubo una orientación con nutricionistas que siguen el tema. El segundo tema es desendeudar a las familias. Hay una línea de créditos no bancarios del 2 y 3 por ciento para comprar máquinas y herramientas con la idea de desendeudar a las familias de la producción. Esto va a empezar con cuatro millones de personas que trabajan y no pueden acceder a un sistema de crédito bancario con tasas muy altas. El tercer punto de compaginar planes sociales con trabajo. La idea es apuntar a la producción de alimentos, el sector textil, la economía del cuidado y el reciclado. Después vendrán otros ejes con políticas más especificas”.

Al ser consultado sobre si esas son las medidas de emergencia, Arroyo explicó que “Son medidas de emergencia para parar la caída, pero sientan la base del cambio estructural. Es decir, si no mejoramos la cuestión del hambre no habrá buenas escuelas o buena educación. Si no desendeudamos a la familia, no se empezará a mover la rueda del consumo y la economía en los barrios. Si no vinculamos los planes sociales con trabajo, no habrá mecanismos de trabajo local. Esto es para frenar la caída y sentar la base para le recuperación”.

Asimismo agregó que ante el temor de que haya un estancamiento de las políticas públicas en el asistencialismo “El trabajo genuino tiene tres dimensiones. Uno es el trabajo formal, es decir un trabajo con recibo de sueldo. Esa es la idea del plan Empalme y eso hay que potenciar. El que toma un trabajo formal se mantiene durante 24 meses en el plan social. Cuando yo era diputado siempre le preguntaba al jefe de gabinete (Marcos Peña) qué pasaba con ese plan y cada vez informaba que iba bajando más y más. Ocurría porque no había actividad económica y el plan no estaba orientado a las cadenas productivas centrales. Ahí había una falla. Otro tema del trabajo genuino es aquel que se quedó sin su propio trabajo, como el plomero o el gasista que se quedó sin herramientas para trabajar, y el cuentapropista que contempla a unas cuatro millones de personas. La otra manera de crear trabajo genuino es por medio de la capacitación. Hay que apuntar a que se termine la escuela secundaria, un tutor que capacite de acuerdo a la capacidad productiva de cada región. Creo que tenemos todas las condiciones para parar la caída y generar las condiciones para empezar a mover la economía”.

En otro tramo de la entrevista el Ministro de Desarrollo Social de la Argentina fue consultado sobre sus objetivos en términos de reducción del nivel de pobreza, a lo que respondió que “Nos planteamos tres escenarios en función de cómo mejora la economía y qué niveles se pueden alcanzar si se logra bajar la pobreza. Pero hay que ser muy cuidadosos con eso. Es que quedamos muy impactados con todo lo que se dijo en el gobierno anterior respecto de este tema y se terminaron banalizando cuestiones. Que la pobreza cero, que el segundo semestre, que brotes verdes... Hay que ser muy cuidadosos con lo que se dice. Pero claramente la Argentina no puede tener los niveles de pobreza actuales”.

Finalmente Arroyo describió lo que conceptualmente es el mandato que le dio el Presidente Alberto Fernández señalando que “Tengo dos tareas: bajar la pobreza y construir movilidad social ascendente. Debemos apuntar a que haya menos pobres en la Argentina y terminar con la movilidad descendente, chicos que vuelven a vivir con sus padres porque se quedaron sin trabajo, la clase media que pasa a hacer changas. Hay que reducir la pobreza y construir movilidad social”.