La última semana, Córdoba estuvo marcada por procesos electorales en distintos ámbitos: provincial y universitario.

Sus protagonistas, el gobernador Juan Schiaretti y el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, dialogaron en Entre Nosotros Rebeca, por Canal 10 y radio Universidad tras triunfar y ser reelectos por un nuevo período.

Además de este particular dato, ambos comparten un pasado juntos: fueron compañeros en el Liceo Militar.

Al rememorar esos tiempos, Juri recordó el desempeño de Schiaretii: “Lo digo en todos lados y se que no le gusta pero era el más inteligente. Siempre lo ponía de ejemplo y decía ‘Yo tengo un compañero Schiaretti que no estudia mucho’ pero siempre saca 10’, tuviste el mejor promedio. Después se ponía un puntaje por conducta e instrucción militar y ahí fallábamos los dos”, contó.

Sin embargo, modesto, el mandatario respondió: “Yo no era el más inteligente. Yo entré con once años, él (Juri) con doce recién cumplidos estábamos de domingo a la noche a viernes, ahí dependíamos de nosotros (…) te sentaban a la tarde 3 o 6 horas, dependiendo el día, frente a los libros para que estudiemos. Si te movías te castigaban entonces yo leía los libros y en la clase atendía, sólo eso. No es que era inteligente”.

Así, contó que su padre, empleado ferroviario, le comentó la propuesta de asistir a esa institución con el objetivo de que sus hijos pudieran asistir a la universidad sin necesidad de trabajar: “Cuando estaba en sexto grado me dice que hay una escuela en la que si hacía cuatro años me salvaba del servicio militar pero no la podía pagar, tenía que salir becado. Salí buen alumno por eso fui pero ni sabía qué era”.

La proscripción del peronismo, los curas del Tercer Mundo, el Mayo Francés, la Revolución Cubana y después el golpe de Onganía fueron un caldo de cultivo increíble para que la juventud de nuestra generación fuera tan rebelde, por la absoluta falta de libertad y democracia.

Reencuentro mediático entre Schiaretti y Juri, unidos desde la niñez

Carlos Ñañez, hoy Arzopispo de Córdoba y Walter Garrone, entrenador de Atenas, del seleccionado argentino y docente del IPEF y de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano fueron parte de los compañeros del Liceo.

Contaron que en esos años, en esa institución, estaba prohibido jugar al fútbol y para ello se escapaban para poder practicarlo, además de que debían escuchar tango.

El actual gobernador destacó que en ese Liceo no sentía ninguna diferencia social. “Estábamos vestidos todos iguales, desde la punta del borceguí hasta el birrete, era como el guardapolvo blanco del colegio y esas son las cosas que te marcan: el sentido de compañerismo, el sentido de ver igualdad, de ser disciplinado con uno mismo. Creo que ese es el bagaje que te deja el Liceo”.

Y manifestó: “Tengo el orgullo de haber sido dirigente estudiantil del Cordobazo y de ser Teniente de Reserva del Ejército de la Nación Argentina, las dos cosas son parte de mi vida”.

Sobre su sentido de pertenencia, en relación a lo que se vivió años después en el país consideró: “Después de los nazis lo peor que hubo fue la dictadura genocida argentina, usaron los mismo métodos, es absolutamente repudiable. Y, obviamente, hundieron en el fango a las Fuerzas Armadas del país que todavía están intentado salir”.