El contexto es la creación del Ente Municipal de Servicios Urbanos de Santa Rosa, considerado "un hecho trascendental" por todos los bloques en el Concejo Deliberante local.

La derivación es la "municipalización" del transporte urbano de pasajeros, que en los últimos tiempos estaba en manos de la cuestionada empresa Autobuses Santa Fe, que a su vez enfrenta un concurso de acreedores.

Es la misma firma que aún conserva algunas líneas en el esquema de la ciudad de Córdoba, que se encuentra de paro hace 11 días, no casualmente por falta de pago de salarios de parte de las prestatarias.

La del viernes fue una jornada con tintes históricos, que se concretará el próximo 1 de junio, previa rescisión del contrato de prestación actual. La idea la había propuesto, en campaña, el actual intendente Luciano di Nápoli.

Hubo reparos en los términos para rescindir, fundamentalmente por las deudas que sostiene Autobuses Santa Fe, las multas latentes y las múltiples denuncias de organizaciones que nuclean a personas con discapacidad.

Los 69 empleados actuales, nucleados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) conservarían su puesto de trabajo, y los colectivos quedarán en manos del municipio por un año.

Desde el oficialismo se afirmó que "el objetivo de la rentabilidad" no estará entre las principales metas, pero que los subsidios nacionales y el corte de boleto aportan un plafón para el sostenimiento del servicio.

La concejala opositora, Claudia Giorgis, adujo que "los usuarios van a dejar de padecer el servicio" para pasar a tener "un servicio no adaptado al lucro de los empresarios sino a las necesidades de los usuarios de la ciudad”.