Por: Manolo Lafuente

El año pasado les escribí acerca del charrúa

“Club de los imbéciles anónimos”

cuyos militantes salían a reclutar puerta por puerta en las

campañas electorales, porque la gente

antiguamente llamada pueblo,

dudaba en afiliarse por no saber qué grado de

imbecilidad se requería, pero

más que nada por miedo a dejar de ser

anónimos pero seguir siendo imbéciles.

El año electoral, y las redes (anti)sociales

demostrarían que la afiliación podría crecer exponencialmente, sin vergüenza…

En Córdoba las lecturas sobre la victoria aplastante de Juan Schiaretti, son tan

contradictorias entre sí, que no parecen estar hablando de la misma cosa.

Algunos K tomaron el triunfo como

propio, ignorando la trayectoria del gobernador, pero otros dijeron “es igual a

Macri”, mimetizándose con la izquierda que tanto desprecian. Otros parecen

ignorar que no hay un solo peronismo, sino que el arco va desde el peornismo

de Vertbisky al Federal, de Ber Gerbald a Lavagna.

Pero el desconcierto general excede el ámbito de la votación del domingo

pasado. Mientras en la UNC hay elecciones a rector/a, la CONADU anunció un

paro de 48 horas contra los recortes y los magros sueldos.

Cuando otrora las ventas Hot Sale eran lideradas por bienes de consumo durables o más o menos

durables, éstas de ahora ven puntear al azúcar, aceite y yerba, de primera necesidad.. y urgencia

Con este panorama, la CGT más gorda declaró un paro general para el 29 de mayo, día del Cordobazo.

Como si fuera necesario semejante contraste para ponerlos en evidencia.

El charrúa “Club de los imbéciles anónimos” ya está abriendo sucursales

en ¿nuestro? ¿país?, y ya ha inscripto por cuenta propia a varios nuevos miembros.

Entre ellos a los que creen que “El gringo” es un musical dedicado a Schiaretti.