En el segundo debate se pudo apreciar las dos visiones de futuro del país que queremos.

Por un lado, seguir ocultándonos y basándonos en falsas promesas después de tantos años de quienes nos gobernaron en el pasado. Ellos no supieron atacar los problemas coyunturales de la Argentina y hoy se convierten en promesas vanas.

Por otro lado, se vio un candidato, que hoy es presidente, que estuvo mucho más firme y suelto que en el debate anterior. Aludió con propuestas y aprovechó el tiempo para hablar sobre la actuación de su gobierno.

Estas dos miradas marcan pilares fundamentales sobre el futuro que deseamos. Uno es un modelo de antaño. De hecho, ambos candidatos de la fórmula del Frente de Todos han dicho ser lo mismo y proclaman las mismas banderas que nos arrastraron a donde estamos.

Por el otro lado vimos un candidaato suelto, tranquilo, que habló como estadista de la Argentina que queremos.