Debido a la crisis económica que afecta al país, las familias se la rebuscan para recortar gastos y acuden a modistas para reparar la ropa y recuperar prendas viejas.

Susana Oyola, costurera, afirma que en este momento tienen más trabajo que antes, por la reducción en el consumo de ropa nueva. La ropa de los abuelos, la ropa que tenían guardada en el ropero, sacos, polleras, pantalones: todo es posible de recuperar.

Susana trabajó mucho tiempo en fábricas de ropa hasta que comenzaron a cerrar. Hace cinco años puso su taller de costura y afirma que nunca tuvo tanto trabajo como desde hace unos seis meses.

La mujer atribuye este aumento de la demanda en su oficio a la crisis. "La gente trata de ir solucionando sus problemas de ropa recuperándola, tratando de modernizar la ropa de antes, de hacerle algún detalle y poder seguirla usando", explica.

"Vienen nietos con ropa de los abuelos, que quieren recuperarla porque el paño es lindo y de buena calidad. Esas prendas son mejores que las actuales en la tela, la calidad y la confección", afirma.

Entonces, por una combinación del costo que tiene una prenda nueva, la mejor calidad de la ropa vieja y la crisis económica, esta tendencia va en crecimiento.