El 42,8% del mercado total consiste en segundas y terceras marcas según un relevamiento de la consultora Focus Market durante el primer trimestre de 2019.

En el primer trimestre de 2016, dicha cifra abarcaba el  32,6%.

"Desde 2016 a 2019, las marcas mayoristas y económicas pasaron de un participación del 32,6% al 42,8% en unidades y del 21,5% al 27,7% en facturación", indica el informe.

Entre los productos de segundas marcas más consumidos se encuentran:

La evolución de las segundas y terceras marcas en la participación en la facturación entre el primer trimestre de 2016 y el primer trimestre de 2019 es: las caras, bajaron 3,5%; medias, cayeron 7,6%; económicas saltaron positivamente el 10,4%; y las mayoristas, 0,8%", detalló Damián Di Pace, titular de Focus Market, a Bae Negocios.

Este aumento en el consumo de segundas marcas y baja en primeras marcas y productos caros refleja el impacto de la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores debido a la inflación.

De acuerdo a la especialista del Centro de Almaceneros, Vanesa Ruiz, las segundas marcas crecieron en el mercado desde la devaluación en 2014. En el último año, desde el departamento de estadísticas de Almaceneros se analizó un incremento en los alimentos del 65 por ciento, lo que explica el cambio de muchos argentinos de consumir marcas premium a pasar a segundas y terceras marcas.

"El argentino es muy marquista, pero en épocas de crisis le da la oportunidad a otras empresas. Si los productos acompañan en la relación precio-calidad, fidelizan a sus clientes y el boca en boca hace que se vaya ampliando la base de consumidores de estas marcas", explicó Ruiz.

La especialista analizó la estrategia de las empresas más importantes para abarcar ese segmento y dijo que buscan acompañar este cambio de hábitos, ya que lanzan segundas y terceras líneas de productos, más económicos que sus artículos premium, para alcanzar a estos consumidores.

Además, puntualizó sobre la aparición de nuevos productos lácteos a base de leche o a base de yogur, que son mas económicos, pero no están acompañados de la suficiente información. "Son aptos para el consumo humano, pero la presentación dista de ser el producto original", advirtió, poniendo la lupa en la calidad nutricional de estos nuevos derivados.