Después de un año en el que el precio de la carne se mostró como “el más competitivo de la década”, según la visión de empresarios, se vienen los aumentos, considerados “inminentes y necesarios”.

De acuerdo a dirigentes de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas, entre “enero y febrero” del año próximo, durante la gestión de Alberto Fernández, alcanzaría un total del ¡40 por ciento!

El vicepresidente de la entidad, Daniel Urcía, remarcó su voluntad de “llevar tranquilidad”, porque “no habrá aumentos esta semana ni la próxima”, pero confirmó el ajuste posterior.

En diálogo con el programa Entre Nosotros Rebeca, graficó: “La oferta de hacienda es escasa, con una demanda de mercado interno y externo en aumento. El precio viene atrasado un 15% en 2019, y sin aumento, no se genera atractivo para que haya reinversión. Si se queda la oferta, habrá tensión de precio por mayor demanda”.

Indicó que el precio de la media res “es el mismo a mitad de octubre que el que tenía en marzo”, en el canal mayorista, y que los aumentos fueron “porque al carnicero le subieron los costos”.

El motivo de la demora en trazar un paralelo en costos es coincidente: “La baja en ventas”.

Urcía fue tajante: “Esto generó una repercusión ‘intra cadena’. El productor que se dedica al engorde de animales está perdiendo $ 2000 por animal. Le resulta deficitario después de la devaluación de las PASO, donde subió el maíz y hubo un impacto en el producto final. Pero no se movió el precio. En algún eslabón se tiene que compensar y ocasiona el déficit”.