Hacemos ropa para jugar, pero a la vez inclusiva. Ese es el lema con que Pako Peko fabrica y diseña ropa para bebés y niños.

El emprendimiento, que lleva 11 años en la ciudad de Córdoba, intenta hacer de la inclusión algo más que una mera enunciación. Para ello concibe productos con una diversidad inusual para uno de los sectores más señalados por su renuencia a abandonar los estereotipos.

"Tenemos remeras que se pueden leer con braille, con lenguaje de señas y con pictogramas", precisa Julia Urquiza, propietaria de la marca.

"Las remeras tienen una textura especial, relieves, para que niños no videntes pueden leer el mensaje. Los niños tocan y experimentan. Los pictogramas son dibujos que permiten comunicar sus estados a niños con trastornos del espectro autista", amplía.

"El lenguaje de señas no sólo es para chicos sordomudos, sino para que todos seamos conscientes que hay otras formas de comunicarse. Cualquier niño puede usar esas prendas", añade.

Los diseños no quedan exclusivamente en manos de especialistas. La orientación de los propios discapacitados resulta crucial para la usabilidad final.

Claro, todo comienza por las dimensiones. "Diseñamos y comercializamos productos para bebés y niños, con talles que van del cero al 16. Hay niños que tienen contexturas más grandes que nunca encuentran ropa que les quepa, lo que los obliga a comprar productos para adolescentes",

El mismo espíritu guía la selección de "modelos" para sus productos. "No hacemos casting. Hacemos sorteos, porque entendemos que todos somos lindos, especialmente los niños", apunta la diseñadora.

A comienzos de año Pako Peko inauguró una sucursal para venta mayorista y minorista en el Cerro de las Rosas.