Por: Manolo Lafuente

Purgatorio de transición, el facebook desnuda lo peor del patio trasero del

conventillo virtual.

Sus habitantes, son todos tan inocentes y puros como sus atacados son culpables

e impuros. Y viceversa.

Con un agravante con respecto al Purgatorio original: no sabe si esa transición les

tiene asegurado el pasaje a uno o ninguno de esos destinos por fin finales: el cielo

o el infierno…o el panel de la televisión.

Hace ya décadas Gilles Deleuze escribió: “La dificultad hoy en día no estriba en

expresar libremente nuestra opinión, sino en generar espacios libres, de soledad y

silencio en los que encontremos algo que decir. Fuerzas represivas ya no nos

impiden expresar nuestra opinión. Por el contrario nos coaccionan a ello. Qué

liberación es por una vez no tener que decir nada y poder callar, pues solo

entonces tenemos la posibilidad de crear algo singular: algo que realmente vale la

pena ser dicho”

Con la virtualidad cada vez más real, Umberto Eco se hizo idem: "Las redes

sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban

sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos

rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que

un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles.”

Ya la tele había creado al panelista, cuando Internet subió la apuesta: “ha

promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad" firmò Eco.

A quienes no comulguen (je) con Marx,Charlie, quizàs les resulte màs fácil

entender a Groucho parafraseado y adaptado: “Es mejor estar callado y parecer

tonto que abrir el facebook y despejar las dudas definitivamente…”