Cuando el año pasado el club UAI Urquiza, de Buenos Aires, decidió prescindir de sus servicios como futbolista, Macarena Sánchez resolvió que había llegado el momento de un quiebre.

En un año muy particular en el país en la visibilización de derechos de las mujeres, llevó su caso a la Justicia con la profesionalización del fútbol femenino, que se juega desde 1991 bajo el ala de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), como meta definitiva.

El impacto y apoyo que recibió fue tal que la AFA debió poner en práctica la profesionalización de la actividad, otorgando 25 millones de pesos al año a los 16 clubes que juegan el torneo.

En ese sentido, ayer San Lorenzo anunció que fichó a Macarena y este viernes firmó su contrato, marcando un hecho histórico a nivel país.

Los salarios mínimos, fijados en poco más de $ 15.000, se emparejan con los de la Primera C Metropolitana, de varones.

A Sánchez, lesbiana y cercana al Frente Para la Victoria desde lo político, no le resultaron fáciles los meses de reclamo. Denunció haber recibido amenazas varias.