En Otra Vuelta de Tuerca, el programa que conduce Dante Leguizamón en Radio Universidad se abordó la difícil situación que atraviesan los barrios populares de Córdoba en el contexto de la pandemia. La pregunta del conductor fue: ¿Están preparados los asentamientos populares marginalizados de Córdoba para afrontar un brote como los que surgieron en las villas 1-11-14 y 31 de ciudad de Buenos Aires?.

La respuesta, realmente preocupante, la buscó en dos voces que habitan y conocen la situación de los barrios marginalizados de la ciudad. Una de ellas, fue la palabra de Ernesto Morillo, docente de la facultad de Ciencias Sociales e integrante de la coordinadora Eva Perón. La otra, Gabriela Gauna, miembro de la cooperativa de trabajo Colinas del Cerro y parte del Movimiento Evita.

En el caso de Morillo, aseguró que la intervención estatal de la provincia en los barrios se limita a la presencia policial y a los controles cuando hay miedo de algún brote, pero aclaró: “Lo que necesitaríamos es que la intervención estatal venga en forma de agua potable, alimentos y elementos de higiene personal para combatir el virus”. Más tarde aclaró que los refuerzos alimentarios “no están llegando” y que “en los barrios se siente la ausencia de la municipalidad y la provincia”.  

Finalmente, Morillo dijo que la situación actual pone en evidencia la falta de infraestructura, los problemas de acceso a la tierra y de trabajo informal de los sectores populares de la ciudad y la provincia.

A lo largo del programa, que se transmite de 14 a 15, también se escuchó a Gabriela Gauna, integrante de la cooperativa de trabajo Colinas del Cerro y del Movimiento Evita. Ante la pregunta sobre qué podría pasar si el virus ingresa a los barrios populares de Córdoba como ingresó a la villa 1-11-14 y 31 de Buenos Aires, Gabriela aseguró que las condiciones de hacinamiento en las que viven en el barrio harían imposible luchar para evitar que el virus se propague igual a como se está propagando en esos barrios de la capital.