Una pandemia de características inéditas. Un virus que avanza rápidamente, devorando a su paso muchas certezas. La presión por retomar la actividad productiva ante la caída estrepitosa de la actividad económica.

Sobre la ausencia de respuestas para afrontar esta situación emergen noticias falsas, desinformación y mitos. Muchos de ellos proponen acciones que pueden deparar severos daños a quien las ejecute. La más reciente pretende instalar que el consumo de dióxido de cloro puede tener efectos benéficos. Entre ellos, la cura o prevención del coronavirus.

La versión se ha esparcido a toda prisa gracias a la funcionalidad de las redes sociales. En distintos países cientos de personas han hecho colas para adquirir el producto, habitualmente empleado para tareas de limpieza y desinfección a nivel industrial.

Desde la comunidad científica han salido enérgicamente a advertir las consecuencias nocivas que puede acarrear el consumo de dióxido de cloro. Remarcan, también, que no es un medicamento y que no se ha comprobado su validez ante virus alguno.

En la jornada de ayer la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) recomendó no consumir medicamentos no autorizados. 

"Debido a la circulación de información en redes sociales y medios digitales relacionados a la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de COVID-19 u otras enfermedades, se recuerda que el producto mencionado no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte de este organismo para su comercialización y uso", dijo la entidad a través de un comunicado.

En la misma dirección, desde el Centro de Información de Medicamentos de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, remarcaron que el producto en cuestión carece de propiedades medicinales comprobadas.

"El dióxido de cloro, también conocido como solución mineral milagrosa, no es un medicamento. Por ello no ha sido evaluado en cuanto a su calidad, seguridad y eficacia. Su uso no está aprobado por autoridades sanitarias por el riesgo de toxicidad que tiene. Se le ha atribuido, falsamente, que puede utilizarse para un montón de patologías. Últimamente, para el Covid19", precisa Mariana Caffaratti, quien también preside la Red de Centros de Información de Medicamentos de Latinoamérica y el Caribe (CIMLAC).

"Es un químico que tiene usos industriales. Es una sustancia altamente tóxica que no debería usarse en personas. Desde hace diez años se viene advirtiendo sobre eventos adversos en personas que lo han utilizado. Puede producir insuficiencia respiratoria, vómitos, diarrea severa, perforación esofágica, etc", añade la especialista.

"No hay evidencia científica para Covid. No hay ningún ensayo clínico que demuestre su eficacia. Por eso la Red Argentina de Centros de Información de Medicamentos, como su par latinoamericana, publicamos artículos para que la población no use ni compre este producto. Incluso, si detectante que alguien está vendiéndolo, es algo ilegal y debe ser denunciado", remarca Caffaratti.