El verano trae consigo una mayor exposición de los cuerpos en espacios públicos, algo que puede despertar y fortalecer inseguridades en torno al peso. La noción de “llegar al verano” promueve una visión que incita a dietas “mágicas”, en muchos casos de riesgo para la salud. 

Valentina Aquino, psicóloga y cofundadora de la Asociación Cuerpos Libres, dialogó con Es Por Acá por Radio Universidad y profundizó sobre el gordo odio, sus efectos y cuáles son aquellos efectos que produce en el tejido social. 

“Hablar de fobia es un término que refiere a un miedo irracional e incontrolable hacia los cuerpos diferentes. Y debemos ver si es miedo o rechazo es tan incontrolable en principio. Por eso, hablar de gordo odio refiere a al conjunto de acciones y actitudes violentas o despectivas que se tienen hacia los cuerpos gordos”, aclara. 

Siguiendo los datos del último informe publicado por Fundación La Casita, Argentina se ubica como el segundo país con más trastornos de la conducta alimentaria (TCA), entre las más conocidas, bulimia y anorexia. En este sentido, la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), estima que entre un 10 y un 15% de la población argentina tiene una patología relacionada. 

“En verano, no sólo es la mirada del otro la que está sobre nuestro cuerpo, sino nuestra propia mirada”, destaca. En este sentido, explica que hay dos tipos de gordofobias, una interna y personal sobre el propio cuerpo y otra externa, de otras personas hacia uno. 

“Todo lo que nos contamos, nuestros pensamientos vienen alimentados por lo cultural. Además de que la esfera social e interpersonal tiene una práctica muy arraigada que es comentar sobre el cuerpo de los otros. Hay una especie de hipervigilancia sobre los cuerpos gordos", comenta acerca de las prácticas diarias. 

Otro dato a considerar sobre los TCA es que en Argentina son cada vez más jóvenes quienes son afectados por este tipo de patologías, en edades de pubertad y preadolescencia. Sobre la cultura de la delgadez y sus efectos asegura que todos los comentarios culturales y la noción de “ser flaco” asociado a la felicidad tienen un fuerte impacto sobre la salud mental y la autoaceptación. 

Entre las formas que puede adquirir la gordofobia, destaca: “Los casos más comunes en que se evidencia esa violencia son la compra de ropa, usar asientos colectivo o de avión. El mundo está hecho para personas delgadas”

En este sentido, destaca la importancia sobre la autoaceptación y la deconstrucción de los caracteres negativos que asignamos a la palabra “gorda o gordo”. “Más allá de pensar las palabras hay que pensar las formas y cómo incorporamos esto dentro de la sociedad”, agrega. 

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