Tras la polémica desatada por el ingreso de personas desconocidas al Zoo de Córdoba, que filmaron el estado de los animales, especialistas afirman que es muy difícil el traslado en condiciones óptimas de los ejemplares y que el cierre de la institución es poco viable por su rol en la contención de animales provenientes del tráfico de fauna.

Gabriel Orso, biólogo parte de Runachay Fauna, una entidad que trabaja con proyectos de educación sobre la conservación de la fauna, explicó a cba24n.com.ar que si bien las personas que entraron al zoo pueden tener las mejores intenciones, "con eso no aseguramos el bienestar de los animales". 

"Hay casos en otros lugares del mundo en los que se contagia Covid-19 a los animales. Además, alimentaron a los hipopótamos. Todos los animales del Zoo tienen una dieta estricta, que es controlada por veterinarios específicamente para cada uno de los individuos. Si los sacamos de esa dieta, puede llegar a ser peligroso e inclusive puede llevarlos a la enfermedad o la muerte", destacó.

El biólogo afirmó que es muy difícil evaluar el estado de un animal observándolos a simple vista. "Se tienen que hacer estudios de comportamiento, veterinarios, análisis de sangre para ver la parte fisiológica, no es tan simple como ver al animal y saber cómo está. Particularmente con los hipopótamos, un indicador es la piel y la piel de los hipopótamos que salen en el video está bastante bien, no está resquebrajada ni nada que denote la falta de agua", indicó.

Video: denuncian penoso estado de animales en el Zoo de Córdoba

"Para hacer un estudio serio del estado de bienestar se tiene que hacer multidisciplinario, tienen que participar biólogos, veterinarios, no es tan fácil como ver un video y listo. Y definitivamente no a través de palabras como 'me parece que está llorando', o 'está triste', eso no es lo más correcto para evaluar seriamente el bienestar del animal", agregó.

Según el especialista, que estuvo en contacto con empleados del Zoo, el estado veterinario de los hipopótamos "es correcto. Tienen alimento, tienen agua, no están al abandono. Sí pasa que el recinto no es el correcto para los requerimientos que tiene la especie", apuntó, para sumar que deberían ser trasladados "a un lugar con una pileta mucho más grande y con agua corriente". 

Liberación de los animales

Orso afirmó que estos hipopótamos "definitivamente no pueden volver a la naturaleza. Esos animales nacieron en cautiverio, no fueron buscados en su hábitat, extraídos y llevados al Zoo. Nacieron en cautiverio, por lo que si se liberaran en algún sitio, aunque sea parecido, nada nos asegura que esos individuos puedan sobrevivir ni a corto ni a largo plazo".

Y agregó que el traslado a santuarios es una alternativa de alto costo y tienen que realizarse con seriedad. "Hay casos en el país en el que no se realizan estos traslados de forma seria, prácticamente regalando los animales al mejor postor ante un cartel de santuario, que en realidad no se sabe que hay por detrás. Hay casos de santuarios de leones en Sudáfrica que lo único que hacían era recolectar leones para exhibirlos en lugares e incluso ser cazados", por lo que en ocasiones enviar a los animales fuera de donde están "no es la mejor opción".

"Muchas veces no es factible el traslado a su hábitat natural ni a santuarios o reservas. Pero sí es necesario, y sobre todo para estos dos hipopótamos, es que se les mejore el bienestar de alguna forma, particularmente modificando el recinto en el que están", remarcó.

El cierre del Zoo

Respecto del estado de los otros animales del Zoo y su posibilidad de volver a la naturaleza, el biólogo dijo que están en una situación similar. "La mitad de los animales son individuos nativos que provienen del tráfico de fauna y del mascotismo. Al Zoo entra más de un animal por día que viene del decomisado por parte de Policía Ambiental y tienen que parar en algún lado esos animales, ya que no pueden volver al hábitat natural por lo mismo".

"En el caso de que cerrara el Zoo, hay que preguntarnos qué hacemos con los animales que están ahí, quién financia su mantenimiento, hasta cuándo, quién garantiza dónde van a parar los animales que vengan del tráfico, porque es un problema sin solución. Si no hay un lugar que los recepte y que les dé atención veterinaria y lo que requieran, esos animales seguramente morirían o seguirían siendo parte del tráfico", aseguró.

Orso calificó la postura de los críticos al Zoo como "necesaria": "Una de las formas de control es que los visitantes exijan el bienestar de los animales, pero con lógica y no metiéndose de contrabando a la institución, haciendo pintadas y pidiendo el cierre. Si se trabajara en conjunto, podríamos todos pelear por la mejora del Zoo, que es necesaria, porque no está en condiciones ideales y hay un montón de cosas para cambiar", adujo.

El especialista concluyó que hay que evitar el reflejo de trasladar lo que nosotros sentiríamos en el lugar de los animales."Obviamente que nosotros nos sentiríamos mal, pero esos animales no pueden ir a otro lugar y nacieron ahí, entonces los requerimientos no son los mismos que si fuéramos a sacar un hipopótamo del África y traerlos. Eso cuesta entenderlo y hasta suena contraintuitivo, pero es así, hay estudios y gente que trabaja seriamente en Córdoba, así que deberíamos tratar de unir fuerzas y pelear por lo mismo".