"Aumentar el número de testeos y el ritmo de vacunación", expresa. La amenaza de la variante Delta obligó a que esta consigna se potenciara, en las últimas semanas. Ayudó que las recientes conclusiones, comunicadas por el Ministerio de Salud, para la combinación de vacunas abrieran un nuevo rumbo. Sucede que, en paralelo, hay un creciente debate mundial respecto de la necesidad de las terceras dosis, que ya inquieta a los especialistas.

La infectóloga Elena Obieta M.N. 76.451 recordó el comunicado que la OMS (Organización Mundial de la Salud) emitió para advertir a países a los que les sobran vacunas para que apliquen el sentido de equidad.

"Pensemos que el Continente Africano tiene menos del 2% de su población vacunada. Hasta que no esté vacunada toda la población del mundo no podemos decir que estamos seguros", dijo a Crónica Mediodía (Canal 10).

¿No hay dos sin tres?

Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, pidió que se comprenda que los países que comenzaron con una eventual tercera dosis, son aquellos que iniciaron la inmunización antes que Argentina. "Son los casos de Israel o Francia. Con estas enfermedades, sabemos que la inmunidad comienza a disminuir en el tiempo (en aproximadamente 8 meses)", expresó y no evitó la comparación con la vacunación anual contra la gripe.

Por ello, planteó que la tercera dosis tendría que estar acotada a grupos determinados, que son los que históricamente responden peor a las vacunas, como los trasplantados. Y añadió: "Completemos lo antes posible, en Argentina, las dos dosis. Quizás, dentro de 3 meses, hay vacunas de sobra para todo el planeta y podemos darnos una tercera".