Una mujer de Córdoba, a quien denominaremos M, fue abusada por un tío desde sus ocho años hasta los catorce. Recién cuando tuvo 24, y luego de sufrir los traumas que marcaron su infancia y su juventud, pudo hacer la denuncia.  

Y la hizo porque se enteró que sus hermanas menores también habían pasado por la misma situación. Eso fue lo que la llevó a romper la barrera del silencio, un obstáculo que se presenta en las víctimas de abuso y que cuesta superar. 

Dar ese paso no fue fácil y M se topó con muchas dificultades. Entre ellas, los recursos económicos que significan llevar adelante una causa jurídica. Se le suma a esto que se quedó sin trabajo en el verano, luego de que se venciera su carpeta psiquiátrica. 

El programa Otra Vuelta de Tuerca conversó con Daniela Puente, quien representa a la víctima y se constituyó además como abogada querellante. "Ella está mejor, ha tenido fuerte crisis en el verano", expresó la profesional, quien informó además que su clienta debió ser medicada.

En nuestra justicia, los delitos por abuso sexual no prescriben hasta luego de 15 años de que la víctima alcanza la mayoría de edad. Hoy, M tiene 25 años y el primer hecho lo vivió a los ocho. La abogada indicó que todavía le cuesta hablar del tema.

La víctima creció en una familia conservadora y tradicional. De esas en las que una noticia como esta suelen ser tapadas, mal vistas, consideradas como algo que "rompe familias". El miedo a esa acusación y a que la juzguen también la frenó a revelar la situación. 

Como indicó Puente, tampoco ayuda la falta de información: el padre, cuando el año pasado su hija de animó a contarle la dura experiencia por la que había pasado, le dijo: "Te creo pero no sé como ayudarte".

Además, y esto recuerda al caso de Sathya Insaurralde, M tuvo dos intentos de suicidio. Su familia la quiso internar pero desde la institución consideraron que no era oportuno. En estos momentos está en casa de sus padres, donde revive algunos de los horrores que vivió.

¿El abusador? Sigue libre por "buena conducta". Hasta el momento fue llamado a indagatoria y se le realizaron pericias que, según la abogada de M, "le dieron bastante negativo". Desde la fiscalía le indicaron a la defensora que no hay "motivos suficientes para sospechar que él se fuera a escapar y entorpecer la investigación de algún modo" y por eso no fue detenido.

A la denuncia de M se suma la de su hermana menor. La del medio no se anima. Las pericias que se le realizaron a ellas, precisó Puente, demuestran el abuso. El delito es grave: abuso sexual doblemente calificado y corrupción de menores, ya que exponía a una a mirar a las otras.

Queda camino por recorrer y lo transita como puede. Los gastos que esto genera son grandes, por lo que la abogada señaló que se iniciará una acción civil contra el abusador para que la indemnice por los costos y por el daño moral y físico.

El Estado también tiene que hacer su parte. Aunque ella se acercó al Polo de la Mujer, donde le ofrecieron un sueldo de 12 mil pesos por tres meses que le será entregado "en algún momento", es necesario que se aceiten los mecanismos para resguardar a las víctimas de todos los tipos de violencia de género.