Tal vez, como a ellas les gusta contar, porque nacieron el mismo día y con una mirada alcanza para decirlo todo: “Sabemos transmitir el amor que nos tenemos y que le tenemos a la vida, que es eso lo que ella siempre me enseñó”, afirma Pilar.

Las separan 40 kilómetros de distancia que en estos meses no podían recorrerlos por la pandemia.

Hasta que, finalmente, con barbijo y todas medidas de higiene previa, Pilar logró estar junto a su abuela “la Susa”, emocionada escuchándola cantar como cuando era una niña: “Lo más importante en la vida es el amor y la familia. Feliz de volver a encontrarme con ella, feliz de poder apoyarme de nuevo en su falda donde yo encuentro un refugio total. Fueron 5 minutos de olvidarme de todo lo que está pasando en el mundo y volver a mi eje que es mi abuela”.