El proyecto de etiquetado frontal de alimentos, aprobado y enviado por el Senado en octubre pasado, fue tratado en Diputados por las comisiones de Legislación General, de Acción Social y Salud Pública, Industria y Defensa del Consumidor, donde se impuso un dictamen de mayoría.

Consultado al respecto por La Perra Vida de Radio Universidad, Fabio Gómes, asesor de nutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que “el proyecto busca aprender de las mejores experiencias que se han realizado en otros países. Además que  garantiza que muchos productos no deben ser publicitados y proteger a los niños”, explicó el experto. 

El proyecto busca reemplazar la tabla nutricional pequeña y escondida a octógonos negros bien visibles. Que la información esté disponible de forma clara y explícita para informar al público sobre los productos que pueden dañar la salud y facilitar el proceso de elección al momento de comprar. 

Era de esperar, desde la industria el rechazo de este tipo de etiquetado por considerar que atenta contra la comercialización de alimentos y genera confusión nutricional.

En este sentido el asesor de la OMS referenció que “las empresas de productos procesados actúan de manera similar que las tabacaleras. Interfieren en las políticas públicas y se encargan de impedir la regulación. De esta manera se le priva de la información al consumidor. Son un conjunto de prácticas bastante conocidas. Por eso es necesario tener mecanismos de protección, fiscalización y control”, desarrolló Gomes.

Este sistema ya es obligatorio en Chile, Israel, México, Perú y Uruguay, y se está proponiendo en Brasil y Canadá.

Una buena herramienta para comenzar a atender a lo que considera el primer problema de salud pública de la Argentina y que de 10 adultos argentinos, seis tienen sobrepeso y dos, obesidad y que lo padecen el 40% de los niños y adolescentes.