Las restricciones a que ha obligado la pandemia del coronavirus ha tenido distintos impactos en la sociedad argentina.

Distintas etapas de la denominada cuarentena, que comenzaron con un aislamiento obligatorio y avanzaron hasta un distanciamiento social, obligaron a reformular conceptos vinculados al transporte de pasajeros y al tráfico urbano.

Consecuentemente, se abrió una nueva posibilidad de análisis respecto de la calidad de vida en aquellas grandes ciudades donde saturaciones y colapsos impactan de lleno en el ambiente. En particular ante la ausencia de transportes masivos.

Millones de personas se inclinaron por medios de tracción tan sanguíneos como ancestrales para sus desplazamientos diarios. Se ha reflejado en distintas notas, la presencia de bicicletas en las calles cordobesas se ha incrementado notoriamente. También la opción por recorrer las distancias urbanas mediante caminatas.

La necesidad resultó un aliciente superior a las recomendaciones brindadas por especialistas que remarcan los beneficios que traen estos medios para la salud. Claro está, para millones bicicletas y calzados siguen siendo la única opción de locomoción en una sociedad donde la pobreza ya oscila en torno al 50 por ciento.

Sin embargo una buena parte de quienes se han inclinado por estos hábitos de movilidad y transporte se manifiestan dispuestos a mantenerlos más allá de la vigencia del distanciamiento social.

Un estudio realizado por la empresa La Caja indica que un 75% de quienes se trasladan caminando con mayor frecuencia que antes se expresa con predisposición a sostener su elección, aún si se encontrare una respuesta definitiva a la pandemia.

A su vez, dos tercios de los 300 encuestados consideró como "más saludable" el uso de la bicicleta, mientras que un 15% justificó su elección por considerarla el medio de transporte más recomendable para evitar contagios en este contexto.

"Por otra parte, además de que naturalmente se incrementó su uso, también en la ciudad de Córdoba se están teniendo en cuenta diversas iniciativas e inversiones para que se promueva el uso masivo de la bicicleta como medio de transporte alternativo, económico, sustentable y saludable, y así evitar pasajeros en el transporte urbano en este nuevo contexto de distanciamiento social", aseguraron desde la citada firma.

Según el trabajo, nueve de cada 10 personas están de acuerdo con la ampliación de las ciclovías y ocho de cada 10 están de acuerdo con la ampliación de las áreas peatonales

"La llegada de la pandemia intensificó y aceleró el proceso de transformación que se esperaba para próximos años. No sólo se busca promover el uso de la bicicleta, sino que también a nivel infraestructura se fomenta el uso de la red de ciclovías con la que cuenta la ciudad. Los actuales y próximos cambios de infraestructura de transporte serán los que moldeen nuestros hábitos de desplazamiento urbano en el futuro cercano", destaca el documento.

"Otro de los cambios que tuvo gran aceptación fue la ampliación de los espacios públicos y su conversión en áreas peatonales. Esto asegura que, durante esta etapa de distanciamiento social, las personas puedan circular de forma más segura. Todo lo que signifique un uso más racional de los recursos y del espacio, cómo el hecho de crear mejores condiciones para peatones y para ciclistas, es bien recibido", sentencia el informe.

Por otra parte, el trabajo destaca que cinco de cada 10 personas entrevistadas se expresaron a favor de las restricciones para la circulación vehicular en algunos puntos de la ciudad.