Padres de niños con trastorno del espectro autista organizan charlas para concientizar y lograr empatía con el fin de que se use preferentemente la pirotecnia lumínica, y no la sonora.

La doctora Marta Lastra, de la agrupación de familias con condición del espectro autista, indicó que para ellos, las fiestas "pueden tener muchos matices. Los sonidos fuertes, los estruendos de más de 84 decibeles alteran demasiado a todas las personas que son sensorialmente sensibles", explicó.

Para difundir los problemas que la pirotecnia sonora trae a las personas con trastorno del espectro autista, se organizarán dos charlas, el 7 y 14 de diciembre en el parque Las Tejas a las 18.

"Nosotros no pedimos que se cierren las fábricas de pirotecnia, sino que se transforme esta pirotecnia sonora en lumínica o de menor a 84 decibeles, que es lo que cualquier oído humano puede tolerar. Muchas mamás y muchos papás pasan Navidad y Año Nuevo, desde las 10 de la noche encerrados en un baño, con la ducha abierta, abrazando al niño para tratar de contenerlo", explicó.

Y agregó que hay una gran diferencia porque no es posible cancelar el sonido de la pirotecnia sonora, mientras que para reducir el impacto de la pirotecnia lumínica basta con cerrar los ojos. A la persona afectada le genera un momento de "desesperación y dolor extremo, que no se puede contener", concluyó.