Como ocurre en cada invierno, ante la llegada de las bajas temperaturas hay que extremar los recaudos en cuanto a los medios de calefacción que utiliza la población para evitar intoxicaciones que muchas veces llegan a ser mortales.

En nuestro país, se reportan cerca de mil casos de intoxicación cada año, con una tasa de mortalidad cercana al 20 por ciento.

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) publica en su página oficial una serie de recomendaciones tendientes a mantener en alerta a la población para evitar estos casos en los que niños, mujeres embarazadas y adultos adultos mayores están dentro del segmento poblacional más vulnerable.

El incorrecto funcionamiento de los artefactos que producen monóxido de carbono (CO) y la falta de ventilación en ambientes cerrados, constituyen las principales causas que producen los accidentes por intoxicación.

Enemigo invisible

El monóxido de carbono es un gas tóxico sin color ni olor y no es irritante, por lo que puede pasar inadvertido y poner en riesgo la vida. Se produce por la combustión incompleta de leña, gas, kerosene, alcohol, nafta o gasoil.

El CO se inhala, llega a los pulmones y de allí pasa a la sangre, reemplazando al oxígeno que se encuentra en los glóbulos rojos. Éstos son los encargados de llevar el oxígeno a los distintos órganos. Por esta razón el oxígeno no les llega y los órganos sufren la falta de oxigenación.

Los adultos mayores, las personas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como las personas con anemia marcada, son más vulnerables a la exposición porque presentan bajas cantidades de oxígeno disponible en las células y menor volumen de oxígeno en los tejidos.

Fuentes que la producen

Mal funcionamiento de estufas, calefones, termotanques a gas, hornallas, braseros, salamandras, incendios y obstrucción de los escapes de autos, entre otros.

Cómo evitarlo

La SAP enumera una serie de recomendaciones para minimizar el riesgo de intoxicaciones por monóxido de carbono:

Las instalaciones de artefactos a gas deben ser realizadas siempre por un gasista matriculado.

Los artefactos a gas deben ser controlados cada año al inicio de la época invernal.

Prestar atención a que la llama sea siempre azul. Si es naranja o roja, el artefacto funciona mal y libera monóxido de carbono.

Dejar siempre una ventana un poco abierta cuando un artefacto a gas está funcionando, porque necesitan siempre algo de ventilación.

No usar hornallas o el horno para calefaccionar el ambiente.

No dormir con braseros ni con otros artefactos a carbón encendidos.

Prohibido instalar calefones a gas en el baño.

Cómo actuar ante una posible intoxicación

Abrir las puertas y ventanas para ventilar el ambiente.

Retirar a la persona del ambiente contaminado

Concurrir al centro sanitario más cercano o llamar a la ambulancia.

Síntomas a tener en cuenta

Náuseas y vómitos

Embotamiento

Mareos

Fatiga

Dolor de pecho

Confusión

Enlentecimiento de la palabra

Convulsiones