Mediante un comunicado oficial del la Arquidióseis de Córdoba, el arzobispo Carlos Ñáñez, difundió una serie de “orientaciones pastorales” que modifican algunas de las prácticas habituales de la liturgia católica, como una manera de intentar evitar la propagación de los contagios con COVID-19 y dengue en las iglesias cordobesas.

En ese sentido, el máximo representante de la institución católica en la Provincia pidió que quienes estén dentro de los grupos de riesgo más vulnerables y quienes hayan regresado recientemente de otros países que no concurran a misa.

Además, invitó a los fieles a recibir la comunión en la mano y no en la boca, a prescindir por ahora del saludo de la paz.

“Ante la situación sanitaria creada por la difusión del dengue y del coronavirus, deseo proponer a toda la Arquidiócesis algunas orientaciones pastorales. En sintonía con lo sugerido por la comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, con fecha 11 de marzo de 2020, a partir del sábado 14 de marzo”, indica el comunicado en su primer párrafo.

Las recomendaciones no sólo fueron para los feligreses, sino también para los integrantes de la propia institución.

“Extremar las medidas higiénicas al distribuir la sagrada Comunión. Los ministros extraordinarios, como también los sacerdotes y diáconos, procuren lavarse las manos antes y después de brindar ese servicio. Mantener vacías las pilas de agua bendita y controlar, con cuidado y frecuentemente, los floreros y otros recipientes de agua”, pidió Ñáñez.

A continuación el texto completo del comunicado:

Comunicado del Sr. Arzobispo

Ante la situación sanitaria creada por la difusión del dengue y del coronavirus, deseo proponer atoda la Arquidiócesis algunas orientaciones pastorales.

En sintonía con lo sugerido por la comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, con fecha 11 de marzo de 2020, a partir del sábado 14 de marzo, estimo necesario indicar lo siguiente:

1. Invitar a los fieles a disponerse convenientemente para recibir la Sagrada Comunión, con una actitud interior, que se haga patente en los gestos exteriores, expresando la fe y la máxima reverencia, debida a la presencia real del Señor Jesús en el Santísimo Sacramento.

2. Siempre somos indignos de acercarnos a recibir la Comunión de cualquiera de las dos formas permitidas, como lo decimos antes de comulgar. En esta situación particular, invito a todos los fieles a recibirla en la mano.

3. Al ser el saludo de la paz, antes de la Comunión, un rito optativo, por este tiempo, vamos a prescindir de él.

4. Extremar las medidas higiénicas al distribuir la sagrada Comunión. Los ministros extraordinarios, como también los sacerdotes y diáconos, procuren lavarse las manos antes y después de brindar ese servicio.

5. Mantener vacías las pilas de agua bendita y controlar, con cuidado y frecuentemente, los floreros y otros recipientes de agua.

6. Teniendo en cuenta la delicada situación que estamos pasando, invito a todos a tener una actitud de caritativa comprensión y colaboración, con los demás, para hacer más eficaz la prevención de esta pandemia.

7. Recuerdo que todos aquellos que han regresado de otros países, en especial desde donde la pandemia es más fuerte, como así también las personas con salud vulnerable o defensas bajas, abstenerse de participar de las celebraciones litúrgicas, considerando que, por este motivo, están dispensados de cumplir con el precepto.

Finalmente, invito a todos los fieles, sacerdotes, consagrados y fieles laicos a ofrecer el rezo del Santo Rosario, pidiendo la intercesión de María Santísima, Salud de los enfermos y Auxilio de los cristianos, ante la emergencia sanitaria actual.

Carlos José Ñáñez. Arzobispo de Córdoba