Este martes 21 de abril, 45 días después de haber subido a un crucero, el periodista de los SRT Dante Leguizamón hizo su programa de radio "Otra vuelta de tuerca", por la AM 580 radio Universidad, con la participación desde estudios de Martín Notarfrancesco

El drama en primera persona

"Quería pisar Malvinas para poder contar sobre ese territorio del que tanto hablamos". Ese fue el motivo que lo llevó a embarcar el Zaandam, el pasado 8 de marzo. 

"Detenido, en cautiverio", así se manifiesta el periodista, hoy, a bordo del crucero holandés Rotterdam, varado en el Mar Caribe con destino incierto.

El periodista, que manifestó no estar en condiciones anímicas, contó: "Nos subimos a este barco dos días después de que el Ministerio de Salud dijera que el coronavirus era una enfermedad común". 

Es por esta situación que "cada vez con menos esperanzas les pido a las autoridades de mi provincia y mi país intenten rescatarnos una vez más".

"Yo, Dante Leguizamón, de 45 años, tenía hasta hace unos días una vida adorable pero a veces me animaba de renegar de ella. Hoy se que sólo me importan cosas muy sencillas, tesoros de la vida que siempre valoré", relató en la apertura de su programa. 

Y continuó: "Sólo el destierro ayuda a ver el inmenso valor que tienen las cosas que amamos, los momentos que compartimos, la caricia de despertar en nuestro país, donde la tierra tiene el olor a nuestra casa".

El motivo del viaje

Leguizamón contó que fue invitado por un amigo, tripulante de ese crucero. El viaje inició el 8 de marzo. El 12 iba a arribar a las Islas Malvinas, el 21 llegaría a Chile para, desde allí, viajar hacia Córdoba en colectivo con material periodístico que sería difundido el 2 de abril. Sin embargo, ese cronograma no pudo concretarse. 

Desde el 14 de marzo, dijo, intentan bajar del barco Zaandam. Pero el barco siguió hasta el Canal de Panamá donde estuvo detenido varios días. Luego continuó hasta Miami. Allí varios pasajeros fueron trasladados al actual barco: el Rotterdam.

Junto con su amigo pasó 33 días encerrado en una habitación de 3 metros cuadrados, sin ventanas, y sólo podían salir de allí un par de horas al día.

Ahora, aunque continúa aislado, se encuentra en una habitación con ventana.

Testimonios

Dante Leguizamón, recabó testimonios de pasajeros que también se encuentran en el Rotterdam.

Juan Federico Henning, de 66 años, oriundo de Mar del Plata: " Llegué a este barco con la ilusión de conocer Malvinas y Ushuaia. Es difícil sobrevivir en este barco. Me encuentro con la desilusión de seguir esperando. Mis esperanzas de volver a casa es más que un deseo, pero no tenemos respuesta ni soluciones del Gobierno ni de la compañía". 

Alejandro Moreiras, de 47 años y se desempeña como guía: "Me bajaba el 21 de marzo en San Antonio, en Chile. Con los fallecimientos a bordo fue durísimo. Estuve confinado 15 días a un camarote que no tenía ventanas ni aire natural". Relató que fue "duro ver que eran la única nacionalidad de pasajeros que debieron quedarse"  y no poder volar en los charters, como sí lo hicieron pasajeros brasileros y uruguayos. "Ahora seguimos encerrados, no salimos ni al pasillo. Nos brindan muy poca información, tanto el Gobierno como la compañía y seguimos sin rumbo alguno", continuó.

Claudia de Henning, de 64 años, fue psicóloga del Hospital Naval: "Había conseguido una entrevista con un malvinense de 80 años que había ayudado a muchos soldados argentinos". "¿Cómo se sobrevive a algo que nadie nos enseñó? Lo tengo a Juan al lado mío, es el compañero de mi vida. Hemos pasado muchas cosas pero nunca algo como esto. Descubrí que soy una guerrera, que las cosas me pueden detener un rato, puedo llorar pero no voy a bajar jamás los brazos. Eso me ayuda a sobrevivir. Nunca he perdido las esperanzas. Extraño hasta con dolor, pero la esperanza jamás la voy a perder. Llegaremos airosos a nuestras casas".