El ministro del Interior, Horst Seehofer rechazó este lunes el saludo de la canciller Ángela Merkel de estrecharle la mano, en el marco de un aumento de casos de coronavirus en el país, donde ya se registraron 150 pacientes a nivel nacional.

Cuando Merkel extendió una mano a Seehofer al inicio de una conferencia sobre inmigración, el ministro se rehusó con un gesto, sonriendo. Ambos se rieron luego, observó un fotógrafo de la agencia AFP.

Un total de 150 casos de contagio fueron confirmados en la mañana del lunes en Alemania, donde el riesgo fue elevado a "moderado". Aunque las autoridades dijeron que no había necesidad de medidas drásticas como el cierre de fronteras para detener el contagio.

La epidemia de COVID-19 ya ha alcanzado a 10 de los 16 estados federados alemanes, según Lothar Wieler, director del Instituto Robert Koch, la autoridad federal de control y lucha de enfermedades.

En Alemania, donde se enseña a los niños a estrechar la mano con fuerza para demostrar la personalidad, los expertos en salud están aconsejando dejar la etiqueta tradicional. Pero hay países con costumbres más comprometedoras.

En Italia, el comisionado especial para el coronavirus, Angelo Borrelli, sugirió que la efusividad de los italianos podría estar contribuyendo a la propagación del virus, con más de 1.100 personas que dieron positivo y 29 muertes, casi todas en el norte del país.

Por su parte, en Francia, el ministro de Salud, Olivier Veran, recomendó el sábado a las personas que reduzcan la “bise”, la costumbre en este país y en otras partes de Europa saludar con besos en las mejillas, además de estrechar la mano. Francia, que ha tenido 100 casos y dos muertes hasta el momento, hizo una recomendación similar durante la epidemia de gripe porcina hace una década.

En España, donde los besos en las mejillas también son parte de la costumbre de los ciudadanos, hasta ahora continúa la práctica. En ese país se han reportado 71 infecciones por coronavirus.

Mirá el video del momento incómodo:

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Coronavirus: un ministro alemán rechazó el saludo de Ángela Merkel por temor al contagio