Este 27 de octubre se cumpen 10 años de a muerte del ex presidente de la Nación Néstor Kirchner. y un año del triunfo electoral de la fórmula del Frente de Todos "Fernández-Fernández" que implicó la derrota del macrismo.

Fue el acierto político de la ex presidenta, Cristina Fernández, elegir como candidato a presidente a Alberto Fernández, quien formara parte del gabinete de Néstor y luego se transformara en crítico de la gestión de la CFK, e ir como compañera de fórmula, cuando se creía que ella encabezaría la misma por tener el mayor caudal de votos, según indicaban las encuestas.  

La actual vicepresidenta escribió una extensa carta donde analiza los "10 años sin él", el contexto de la Argentina, el papel de la oposición y lo desglosa en 3 ítems, denominados "certezas", que transcribimos a continuación.

"Primera certeza": el papel de la oposición

"Castigan al Presidente como si tuviera las mismas formas que tanto me criticaron durante años. En realidad, lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios con Mauricio Macri a la cabeza, fracasó. Es notable, sobre todo en el empresariado argentino, el prejuicio antiperonista".

"Este prejuicio no encuentra explicación ni desde la política, ni desde la economía, y a esta altura me permito decir que ni siquiera desde la psicología. Pero no quedan dudas que esta actitud incomprensible ha sido y es una de las dificultades más grandes para encauzar definitivamente a la Argentina".

"Segunda certeza": acusar al presidente de "títere"

"Como se han quedado sin la excusa de las formas, tuvieron que pasar a un segundo guión: “Alberto no gobierna”, “la que decide todo es Cristina”, “rencorosa” y “vengativa”,  que sólo quiere solucionar sus "problemas judiciales". Debo reconocer que son poco creativos. El relato del “Presidente títere” lo utilizaron con Néstor respecto de Duhalde, conmigo respecto de Néstor y, ahora, con Alberto respecto de mí. Después de haber desempeñado la primera magistratura durante 2 períodos consecutivos y de haber acompañado a Néstor durante los 4 años y medio de su presidencia, si algo tengo claro es que el sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que tome las decisiones de gobierno".

"Eso de que “sólo quiere solucionar sus problemas judiciales” (SIC), a esta altura ya resulta inaceptable. Lo único que queremos es el correcto funcionamiento de las instituciones y que se garantice la aplicación de la Constitución Nacional y la ley a todos y todas por igual, sin doble vara ni privilegios. Resulta insoslayable señalar que utilizan el eufemismo “problemas judiciales” para ocultar lo que hicieron en Argentina y en la región con el Estado de Derecho: se lo llevaron puesto para proscribir a los líderes populares". 

"Tercera certeza": la economía bimonetaria de la Argentina

"El problema de la economía bimonetaria no es ideológico. No es de izquierda ni de derecha. Ni siquiera del centro. Y no hay prueba más objetiva de esto que la alternancia de modelos políticos y económicos opuestos que se operó el 10 de diciembre de 2015. Todos los gobiernos nos hemos topado con él. Unos intentamos gestionarlo con responsabilidad, desendeudando al país en un marco de inclusión social y desarrollo industrial. Otros de orientación inversa -como el de Mauricio Macri- siempre han “chocado la calesita” con endeudamiento y fuga. Pero lo cierto es que ese funcionamiento bimonetario es un problema estructural de la economía argentina". 

"Tampoco es una cuestión de clase: los dólares los compran tanto trabajadores para ahorrar o para hacer una diferencia que mejore el salario, como empresarios para pagar las importaciones necesarias para hacer funcionar su empresa, para ahorrar y también, bueno es decirlo, para fugar formando activos financieros en el exterior, siendo esta última actitud una de las que más han contribuído a las crisis cíclicas de la Argentina".

"El problema de la economía bimonetaria que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla".