¿Puede una grave enfermedad impedir desarrollarse artísticamente? La respuesta salta a la vista.

Esta es la historia de Maria Victoria Margara, que con sus 23 años nos enseña que no hay barreras ni limitaciones a la hora de hacer lo que más le gusta: pintar y comunicar.

Vicky padece AME (atrofia muscular espinal) desde su nacimiento. Sus limitaciones en las manos y brazos no le han impedido hacer numerosos cuadros. Aunque ella aclara que su hermana Pía la ha ayudado en muchas oportunidades.

Hasta el 15 de diciembre, tiene lugar la Muestra “Colorina” en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba.

Eugenia, orgullosa de su hija, admite que el sacrificio es arduo y largo, pero que esta Muestra es una manera de ayudarla a seguir fortaleciendo sus aptitudes y a no rendirse.