Tras la denuncia de la continuidad de las fumigaciones en Dique Chico, ubicada hacia el sur a menos de 50 kilómetros de la capital cordobesa, vecinos de esa localidad encargaron estudios de genotoxicidad -micronúcleos- y análisis de muestras en orina, con el fin de detectar el posible daño genético y la eventual presencia de glifosato y su metabolito -AMPA-.

Según explicaron por medio de un comunicado de la Asamblea de Vecinxs Autoconvocadxs de Dique Chico, las primeras muestras fueron tomadas a 20 niños a principios de febrero de 2020 en momentos de alta y baja frecuencia de pulverizaciones con agrotóxicos. En ese marco, dieron a conocer públicamente que las muestras "evidencian un daño genético con un valor promedio de 4.55 MN cada 1000 células analizadas (N=20), con un rango de 2-8 MN por cada 1000 células", niveles que triplican la mayor parte de los casos considerados de referencia o basales en la bibliografía científica.

Según sostienen, los niveles presentados indican rotura en el material hereditario de las células (daño genético) y dan cuenta de la exposición a agentes genotóxicos ambientales (agrotóxicos) y así como sus efectos en todas las personas que conviven con las fumigaciones y pulverizaciones en Dique Chico. A esto se suma la detección, "con indicadores realmente alarmantes", de glifosato y AMPA en orina en 33% de las muestras requeridas para la primera fase del estudio durante 2020.

Según la Dra. Delia Aiassa, encargada del laboratorio que lleva a cabo los estudios, un agente genotóxico es una sustancia que puede interactuar con el material genético (ADN) de los organismos causándole alteraciones, daños y/o rupturas. "Ese daño genético se advierte -aunque con diferencias- en ambos muestreos, en Febrero y en Noviembre".

Por su parte, Lucrecia, vecina de Dique Chico contó que los estudios "surgen a raíz de algo que ya sabemos todas las madres y padres que estamos dando esta lucha pero que al parecer para la justicia no está tan claro, es por eso que nos vimos obligados a dar la pruebas científicas de ello, con todo lo que eso implica".

Según detallan en el comunicado de la Asamblea, hace poco falleció una vecina y, al ser consultada por la eventual relación entre la muerte y los agrotóxicos, Lucrecia revela que se "había iniciado una investigación donde vinculaba su enfermedad (un tipo de cáncer en la boca) al glifosato". Además, se asegura que "no hay otras fuentes de contaminación cerca".

A pesar de los reclamos de las familias, la Cámara 2° en lo contencioso-administrativo en 2017 -a pedido de productores locales- dispuso la suspensión de la Resolución 242/17, que establece: 1) la creación de una Zona de Resguardo Ambiental (ZRA) de 1000 metros a partir del límite exterior o más extremo de la planta urbana, así como también de la Escuela Bernardo de Monteagudo y Jardín de infantes Mariano Moreno – Anexo Bajo Chico, ubicados aproximadamente a 1,5 km del pueblo; 2) la prohibición dentro de la ZRA de utilización de productos químicos destinados a la pulverización y/o fumigación o fertilización agrícola, excepto aquellos destinados a la agricultura orgánica o agroecológica.

"Denunciamos al Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba y a sus agentes fiscalizadores, por la complicidad y protección de los intereses del agronegocio en nuestro pueblo, en detrimento de la salud de toda la población, incluidos aquellos más vulnerables: nuestros hijos", finaliza el comunicado.

Fuente: Enfant Terrible