El 22 de febrero de 2017, Franco Amaya murió luego de recibir un disparo por parte de un agente que se encontraba en un control policial, en Carlos Paz. Por el hecho, Rodrigo Velardo Bustos fue condenado a 12 años de prisión y su compañero fue absuelto.

La situación fue similar al asesinato de Blas Correas este miércoles: una evasión a un control policial, un agente que dispara y una persona que muere por una bala que le ingresa por la espalda. En el caso de hace tres años, además, los agentes habían dado positivo en el test de alcoholemia.

La madre de Amaya, Laura Cortez, dialogó con Otra Vuelta de Tuerca, el programa de Radio Universidad que conduce Dante Leguizamón. "Fue algo muy fuerte porque me pasó lo mismo. Destruyeron otra familia", comentó.

La mujer se preguntó hasta cuándo hay que seguir viviendo estas situaciones y cuestionó la educación de las fuerzas de seguridad de Córdoba. "A ellos hay que controlarlos"; sentenció.

"Vamos a tratar de comunicarnos con ella [por la madre de Blas Correas] para que se sume a la Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil para darle apoyo, como me lo dieron a mí", indicó Cortez.

El juicio por el crimen de Amaya finalizó en junio de 2018 y a los diez días la familia del joven presentó una apelación. Desde entonces, esperan una respuesta por parte del Tribunal Superior de Justicia. 

"Tienen que cambiar los protocolos de ellos. Supuestamente ya no pueden dispararle a alguien que esquiva un control y nunca se respetó eso. Y lo peor es que se tapan entre ellos, les limpian la escena", criticó la mujer.