Marzo de 2020, el mes que nos cambió la historia. Es que, la llegada del primer caso de coronavirus al país, la declaración de la pandemia a nivel mundial y la puesta en marcha del primer esquema de cuarentena nos obligó a pronosticar que lo que venía era complejo.

Por ese entonces, hablábamos del coronavirus con más incertidumbre que certeza y con medidas que de manera abrupta debimos incorporar para garantizarnos la higiene y la salud. Y, con este objetivo, una correcta manipulación de los alimentos que llevábamos a casa se transformó en prioridad.

Rápidamente, nos dijeron que debíamos usar el tapabocas, que luego fue obligatorio, así como mantener un correcto distanciamiento social y quedarnos en casa. Todo esto acompañado de un frecuente lavado de manos con agua y jabón y el uso de alcohol para higienizar. Pero… ¿Qué había que hacer con los alimentos?

Se promovieron distintas medidas con un mismo fin: eliminar el virus de cualquier envase o alimento para evitar un contagio por esta vía. Incluso, hubo divergencias y "distintas bibliotecas" sobre qué producto usar para poder garantizar la salubridad de los mismos, frente a la llegada del coronavirus.

Entonces, entraron en disputa tres fluidos que son frecuentes en todo domicilio, pero que nunca antes habían sido demandados de manera generalizada para este fin: el alcohol, la lavandina y el vinagre. Y ahí se abrió el debate: no era lo mismo higienizar una comida o producto envasado que un alimento de manera directa (por ejemplo una verdura). Algunos de estos productos de desinfección podrían ser de muy alta toxicidad si por error se consumían (por ejemplo la lavandina) en caso de no ser correctamente utilizados.

Profesionales dieron su punto de vista

En ese contexto, cba24n.com.ar se encargó de buscar la palabra de dos prestigiosas especialistas que nos zanjaron las dudas: la ingeniera química Mariana Lorenzo (CEPROCOR) y la viróloga Alicia Cámara (FCM-UNC). 

Las profesionales coincidieron en que las soluciones “multiuso” a base de alcohol y lavandina que se promovían por esos días para higienizar objetos, eran adecuadas para desinfectar todo tipo de envases de alimentos. Incluso ofrecieron explicaciones sobre el uso adecuado de proporciones y maneras de aplicarlos, para el caso de alimentos en general. Aunque, alertaron sobre su utilización de manera directa sobre alimentos como frutas, verduras y huevos, por su potencial tóxico, en eventuales incorrectas manipulaciones. Recomendaron entonces el uso de vinagre en concentraciones y períodos de tiempo determinados: vinagre de alcohol es el que hay que usar, colocándolo en el agua para sumergir los alimentos durante no menos de 20 minutos, para luego enjuagar y repetir la mecánica si hay posibilidad. Si bien hay distintas opiniones sobre las cantidades a utilizar, siempre es bueno una "importante" cantidad. Lo ideal es que la solución con agua esté ocupada con un 20 al 25% de vinagre, según las últimas recomendaciones.

Es por ello que con la pandemia, el alcohol, la lavandina y el vinagre recobraron un protagonismo inesperado en nuestras vidas, sobretodo si consideramos que sus usos se popularizaron más que nunca en la manipulación de los alimentos que llevamos al hogar.

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Ni alcohol, ni lavandina: qué usar para desinfectar los alimentos