En los últimos días Jimena Barón (Jmena, como se hace llamar) revolucionó las redes, medios y organizaciones e instaló nuevos debates en torno al feminismo y la prostitución.

La cantante aparece afiches que pegó en la vía pública donde se la ve posando con medias de red y sosteniendo un pancho, sin más información que un número de teléfono, con una estética de trabajadora sexual o que está en situación de prostitución.

Al llamar al número del afiche, se escucha la voz de la actriz que dice:

"Hola, soy Jimena y te cuento que estoy en algo increíble, estén atentos".

Lo mismo sucede al escribir por WhastApp. Se trata de un adelanto de su próxima canción: Puta.

Al tiempo que circulaban esos carteles, Jmena posteaba fotos acompañada por Georgina Orellano, la Secretaria General Nacional de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR).

J MENA on Instagram: “♥️”

El debate

El tema enfrenta posiciones irreconciliables en los feminismos.

“La sexualidad, sus prácticas, sus representaciones, su relación con el mercado y con el deseo, es uno de los últimos paradigmas a deconstruir”, señalan Noe Gall -activista lesbiana feminista prosexo, doctoranda en estudios de Género, integrante del colectivo Asentamiento Fernseh y el Deleite de los cuerpos- y Constanza San Pedro – Licenciada en Filosofía, referente feminista de Patria Grande- ambas integrantes de la Red por el Reconocimiento del Trabajo Sexual.

"Nos preguntamos por qué la aparición de -ciertos- cuerpos de mujeres en el espacio público, que de alguna forma ponen en tensión el lugar asignado a las mujeres de pasividad, donde se muestran como cuerpos sexuados, irreverentes, genera tanto revuelo. No es la primera vez que alguna aparición de Jimena Barón escandaliza a más de una feminista. Se la ha juzgado por decidir tener un cuerpo fitnes, por bailar en tanga al lado de su hijo, por promover la putez, se la ha juzgado de alguna manera por hacer pública su vida sexual, y por hacer una carrer artística con ello. Entendemos que esta forma de la misoginia trasciende a Jimena, que no es personal para con ella, sino que es una de las expresiones de un tipo de feminismo muy arraigado en nuestra cultura, que siguen responsabilizando ciertos comportamientos de algunas mujeres como sostenes del sistema patriarcal. La sexualidad, sus prácticas, sus representaciones, su relación con el mercado y con el deseo, es uno de los últimos paradigmas a deconstruir", señalan en un documento.

Además, sostienen: "Nos preocupa que frente a la aparición de esos cuerpos, la respuesta de la sociedad en general y de las feministas en particular reproduzca lógicas machistas y patriarcales, de negación, invisibilización y deslegitimación de lxs otrxs, de aquellxs que piensan distinto, y que lleva a un nivel de misoginia nefasta. A lógicas de “este lado y el otro”, del enfrentamiento, de la dicotomía y con ello una guerra sin fin, o la metáfora que se viene utilizando en nuestro país, “la grieta” del feminismo".

"Los feminismos como movimientos políticos emancipadores tienen que poder generar herramientas para construir pensamientos no binarios, no dicotómicos, y sobre todo pensamientos situados".

Ellas expresan su crítica a la premisa "mi cuerpo mi decisión" que “bregan por un uso individual y liberal del cuerpo, vivimos en sociedad y urge detenernos a pensar las maneras en las que construimos comunidad aún cuando no hay consensos con algunos temas. Nos interesa más bien pensar, desde una perspectiva ética, porque los términos de un debate que históricamente parte aguas en el feminismo no puede hoy saldarse más allá de la chicana, el desprecio y el odio”.

Ambas proponen "trascender el debate abolicionismo vs reglamentarismo, como construcciones fijas, estáticas y empaquetadas."

El feminismo abolicionista que define a la prostitución como lugar de explotación, violencia y sometimiento a violaciones recurrente es uno de los más críticos.

Una de esas posiciones es la de Madres Víctimas de Trata, quienes en un comunicado titulado “El perverso sistema prostituyente” se manifestaron sobre el tema.

“Parece fácil pronunciarse holgadamente y sin más en favor de lo que se da en denominar "trabajo sexual". ¿Quién no estaría a favor de la liberación, del empoderamiento femenino, del libre albedrío que desde hace siglos nos viene siendo negado a las mujeres? ¿Qué más cercano a la causa feminista que defender asiduamente nuestra liberación, nuestro poder de elegir? Pero lamentablemente la realidad no es tan sencilla. No es sencilla en absoluto. De hecho, es muy compleja, y, aunque nos gustaría no saberlo, lo sabemos. En primera persona. El sistema prostituyente funda sus bases en un entramado oscuro, perverso y poderoso que lejos está de nuestros sueños de libertad y emancipación feministas. Lo sabemos, lo conocemos bien, porque ése es el entramado que se llevó a nuestras hijas”.

Y continúan: “Ojalá todas las personas en situación de prostitución hubieran podido elgir. Ojalá todxs quienes la ejercen estuvieran allí por su propia voluntad, nada más que por su propia voluntad, trabajando por y para sí mismxs. Pero detrás de ese acto muchas veces vendido por los mismos reclutadores como acción empoderante existe la explotación”.

La agrupación, en su nota publicada en la Revista Sudestada, también expresan: “Tenemos que decirlo. Lamentablemente, Jimena, el sistema prostituyente poco tiene que ver con mujeres decidiendo sobre sus propios cuerpos. De hecho, se parece mucho más a las caras de nuestras hijas en esos carteles encabezados por la palabra "desaparecida" e invitaron a la cantante a que se acerque a charlar con esas madres para conocer “lo que es la trata de personas y la realidad que trae consigo el sistema prostituyente”.

Por su parte, desde siempre, “el movimiento de trabajadoras sexuales se ha centrado históricamente en hacer la distinción entre trata de personas y trabajo sexual, ya que la confusión entre trata y trabajo sexual, es la principal herramienta que ha utilizado el Estado para perseguirlas”, resaltaron desde la Red por el Reconocimiento del Trabajo Sexual.

En esta misma línea, desde AMMAR – que agrupa a más de 6500 trabajadoras sexuales en todo el país- emitieron un comunicado que reza: “Los dispositivos del Estado que deben ocuparse de asistir a personas en situación de explotación o trata de personas persiguen a toda la prostitución, condenando por el delito de trata en su mayoría a mujeres cis y trans y teniendo un número de personas que consideran víctimas rescatadas de más de diez mil mujeres pero que ninguna recibió asistencia”.

Qué dijo Jmena sobre la polémica

La artista posteó en sus redes un mensaje sobre el tema: “Ver más fuertes y más confiadas a muchas mujeres se volvió mi única razón de hacer canciones y shows”.

Sobre los carteles dijo: “Sabíamos que generaría confusión y era la idea”, negando que se fomente la trata de personas y destacando que la “polémica” se da por el sólo hecho que quién se pone en primera plana es una mujer.

En cuanto al nombre de su nueva canción, Puta, la cantante expresó: “Puta es cool cuando adorna a un rapero. Puta es una mujer fácil, rápida, que disfruta liviana y descaradamente del sexo, de ella, de él, de quienes quiera. Puta es una falta de respeto, un insulto. Si como mujer sintieras orgullo de ser puta, sos una vergüenza, nos sos mujer, sos una puta”.

Y sigue: “Puta es la lucha de varias, que no joden a nadie pero son humilladas y vapuleadas por pretender ser libres y a la vez mujeres (…) No existe precio mas alto que el que debe pagarse socialmente por ser libre y mujer. Ni hablar de la mujer que gana guita sola, independiente. La mujer que se arregla y no necesita a nadie, las muy putas...”.

Esos afiches, denunció Barón, generaron que reciba amenazas de muerte hacia ella y su familia.

J MENA on Instagram: “Les agradecería tomarse el tiempo también, de leer todo.”