Los intensos volcamientos de la planta de tratamiento de Bajo Grande se suman a los desbordes de cloacas de Villa Páez, para poner al Río Suquía al límite. Y eso se percibe aguas abajo, en cada población y paraje que atraviesa el curso de agua más afectado de la provincia de Córdoba.

Sucede luego de que el Juzgado Civil y Comercial de 14ª Nominación de Córdoba determinara que se configuró un daño ambiental colectivo al río Suquía, por la contaminación derivada en la planta depuradora. El tribunal responsabiliza a la Municipalidad de Córdoba y a la Provincia. Por eso, vecinos de Chacras de la Merced, cercanos a la planta de tratamiento cloacal de la capital, se quejaron ante Crónica Mediodía (Canal 10).

En este barrio la remediación no se logró nunca. "En la planta ingresan 10 mil litros por hora y solo tratan tres mil, desde hace años. El río no tiene vida, ni hay peces", indicó Laura Martínez Weht, de Expedición Aguas Turbias. 

Cinco kilómetros mas allá de Bajo Grande, el agua se muestra de un color oscuro y con un olor intenso. "La obra de ampliación se pospuso para mediados del 2022 pero exigiremos que se inaugure antes", añadió Martínez Weht. Una de las vecinas también se quejó de las inundaciones. "Hace cinco años que termina ingresando agua a nuestras casas y, ahora, con el río contaminado es peor", afirmó.

VER: Bajo Grande: la Municipalidad y la Provincia son responsables de la contaminación del Suquía

Una cascada hedionda

Los habitantes explicaron que, en horas de la noche, el sonido de una fuerte cascada les preanuncia que el nivel del agua sucia aumentará. La Expedición Aguas Turbias efectúa frecuentes recorridos hasta la localidad de Capilla de los Remedios para certificar lo que sucede en la vida acuática y los resultados son preocupantes. La crisis se extiende hasta la desembocadura del río, en la Laguna de Mar Chiquita.