Los reptiles de las sierras de Córdoba siempre despiertan la atención. La variedad, sus colores y su vida en sus propios entornos, las sierras o el campo, las hacen parte de nuestro paisaje más autóctono. Y siempre es una hermosa experiencia cuando uno se encuentra por ejemplo con uno de estos ejemplares de lagartijas, que son muy frecuentes en las sierras.

Y es verdad que, salvando a aquellos que puedan tener temor a estas especies, este lagarto en particular es inofensivo y muy llamativo. Y ahora, con las llegada de mayores temperaturas, se vuelven más activas y hay más posibilidad verlas en zonas rurales o serranas, en senderos, o en el bosque.

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🦎HERMOSA LAGARTIJA CORDOBESA😍

La clásica lagartija cordobesa es pequeña, muy atractiva, de colores marrones y verdes intensos. Siempre es una hermosa experiencia poder ver una de ellas. Claro que, como recomiendan los especialistas, la regla es mirarlas, pero nunca tocarlas ni atraparlas.

En estas fotos (y video) tomadas en zona rural de Mendiolaza, se pudo ver un ejemplar de estas atractivas lagartijas con una particularidad: le faltaba una parte de su cola.

Un mecanismo de defensa

“Esa es una Teius oculatus y corta su cola, como ocurre con los saurios, que lo hacen para defenderse”, explica el biólogo Ricardo Suárez. El especialista cuenta que “se ha descubierto que algunas incluso recuperan luego su miembro”.

De este modo, Suárez explicó que las lagartijas suelen despedir su cola (un tramo o prácticamente su totalidad) como mecanismo de defensa ante situaciones de riesgo o en presencia de algún depredador. Esto les permite por ejemplo desviar la atención del posible atacante como mecanismo de supervivencia y ante situaciones de riesgo.

Incluso, aunque no siempre se restituye la cola, destacó que en los casos que eso sí ocurre “se nota cuando la expulsó porque la parte recuperada aparece un poco diferente en su tonalidad”. 

Protagonista de nuestro ecosistema

Ricardo Suárez explicó que la lagartija suele estar en zonas donde mejor consigue insectos para alimentarse y se animó a contar una anécdota que vivió en sus reiteradas visitas a la montaña para desarrollar su especialidad: la reforestación.

“Me ha pasado de estar rodeado de tábanos sobre mi camisa y los lagartos de la Pampa de Achala se me trepaban a la camisa para cazar esos tábanos sobre mi cuerpo, así que yo me tenía que quedar quieto para no asustaros”, relató, para dar cuenta sobre el comportamiento inofensivo que suelen tener estas especies para las personas.

De esta manera, recordó la importancia de estos reptiles porque se comen los insectos incluso en zonas de viviendas. Al mismo tiempo, insistió en que no hay que capturar ni retener estos animales autóctonos y destacó la importancia de protegerlas para el equilibrio de nuestro ecosistema.